Mons. Barry Christopher Knestout, Obispo de Richmond (Estados Unidos), calificó de "preocupante y ofensivo" un documento interno de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que fue filtrado en los últimos días y que vincula a los que llama "católicos tradicionalistas radicales" con grupos "extremistas violentos motivados racialmente o étnicamente".
En un comunicado difundido este 13 de febrero, Mons. Knestout aseguró que "me alarmé al leer los informes escritos al final de la semana pasada sobre los contenidos del memorando interno creado por la Oficina de Campo de Richmond de la Oficina Federal de Investigaciones".
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"También me sorprendió conocer la mención de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), una orden religiosa que celebra la forma tradicional de la Misa católica", continuó.
El Prelado recordó que "la FSSP ha servido con devoción durante muchos años a las parroquias de nuestra comunidad católica y a los fieles de nuestra diócesis que aprecian esta forma de misa católica en nuestra diócesis".
El informe del FBI, filtrado y publicado en el sitio web UncoverDC el 8 de febrero, lleva como título "Interés de los extremistas violentos de motivación racial o étnica por la ideología católica radical-tradicionalista presenta casi con toda seguridad nuevas oportunidades de mitigación", y apunta a que los católicos que participan en la Misa tradicional en latín, conocida también como Misa tridentina, están potencialmente vinculados a grupos extremistas violentos.
Consultado por CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, el FBI indicó que el documento será retirado del trabajo del órgano federal.
"Si bien nuestra práctica estándar es no comentar sobre productos de inteligencia específicos, este producto de la oficina de campo en particular, difundido solo dentro del FBI, con respecto al extremismo violento por motivos raciales o étnicos no cumple con los estándares exigentes del FBI", expresó el organismo federal estadounidense.
El documento del FBI ha sido criticado también por fiscales generales de 20 estados, entre ellos los de Virginia, Alabama, Alaska, Kansas, Kentucky, Utah, Montana, Ohio y Texas.
Los fiscales generales calificaron el documento como "anti-católico", y exigieron al FBI que haga públicos "todos los materiales relacionados con el memorando y su producción".
En su comunicado de este 13 de febrero, el Obispo de Richmond recordó que "personas de todos los grupos religiosos han encontrado durante mucho tiempo refugio en las protecciones constitucionales de nuestra gran nación".
"Todos buscamos compartir el don de Dios de la vida, disfrutar los frutos de la libertad que ofrece nuestra nación y ayudarnos unos a otros para asegurar el bien común", expresó.
"El documento filtrado debería ser preocupante y ofensivo para todas las comunidades de fe, así como para todos los estadounidenses", agregó.
El Prelado estadounidense expresó su agradecimiento "al Fiscal General de Virginia y a los 19 fiscales generales que han pedido al gobierno que publique todos los materiales relacionados con la producción de este memorando".
"Si existe evidencia de extremismo, debe erradicarse, pero no a expensas de la libertad religiosa. La preferencia por las formas tradicionales de culto y la adhesión estricta a las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio, la familia, la sexualidad humana y la dignidad de la persona humana no equivalen a extremismo", subrayó.
Tras recordar la importancia que tiene para la Iglesia Católica en Estados Unidos el respeto a la libertad religiosa, que la celebra en una semana especial cada año en junio, el Obispo manifestó que "es mi esperanza que lleguemos a la verdad del memorando publicado la semana pasada".
"Nuestra fe y nuestra Iglesia nos instruyen a ser un pueblo de paz y defender la dignidad humana. No toleramos la violencia", precisó.
Citando la carta del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de 2017, Mons. Knestout señaló que "'la violencia es una profanación del nombre de Dios' y '… nunca se puede usar el nombre de Dios para justificar la violencia. Sólo la paz es santa'".
"Hago un llamado a todos los representantes nacionales de la Mancomunidad de Virginia en la Cámara y el Senado para que ejerzan su función de supervisión, condenen públicamente esta amenaza a la libertad religiosa y garanticen que tales ofensas contra el libre ejercicio de la religión protegido constitucionalmente no ocurran de nuevo", alentó.
Al concluir su mensaje, el obispo católico resaltó que "el racismo, la intolerancia religiosa, la violencia y la discriminación no tienen cabida en nuestra Iglesia ni en nuestras enseñanzas".