El pasado domingo 21 de junio, Mons. Juan Antonio Reig Plá, Obispo de Alcalá, Madrid (España) aseguró durante la Misa que la retirada de las estatuas de Fray Junípero Serra o Isabel la Católica "significa que los bárbaros han vuelto" y alertó de que "quieren acabar con la civilización cristiana".
Dijo que "no podemos calificar este hecho simplemente de ignorancia. Es posible que quienes materialmente han hecho esto son ignorantes, pero detrás de los ignorantes están los bárbaros de verdad. Y los bárbaros lo que quieren es acabar con la civilización cristiana".
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"Hoy necesitamos escuchar la voz profética de la Iglesia, no sólo para denunciar estos hechos que sería algo simplemente negativo. Sino para dar el contenido de lo que verdaderamente dignifica la persona humana, desde su inicio como vida natural hasta la muerte, lo que da sentido para vivir con esperanza", aseguró.
"Isabel la católica no es santa, no sé por qué. Por el complejo de España, la dejadez del pueblo porque está más que estudiada la santidad de esta mujer, y no digamos de Fray Junípero Serra", afirmó y recordó que los santos son "la luz esplendorosa del Cielo que viene para iluminarnos, como lámparas ante la oscuridad de las civilizaciones".
También destacó que "Cristo es el verdadero hombre, quien revela al hombre el misterio del hombre. Por eso atentar con esta cristianofobia ante el hecho cristiano es lo peor que nos podía suceder, por eso debemos estar atentos y, como el profeta, escudarnos en Dios y con Él sentir la misma libertad".
Mons. Reig Pla destacó que actualmente "estamos viviendo una crisis profunda de la Verdad, que es una crisis de la inteligencia, que no se atreve a buscar la verdad".
En ese sentido explicó que se busca una "verdad práctica", pero no una verdad "para el hombre, varón y mujer".
"Si hay una crisis de la Verdad, la libertad nos orienta, y por eso junto a la crisis de la inteligencia, el eclipse de la verdad se daba una perversión de la libertad, porque no sabe qué camino seguir", insistió.
Mons. Reig Plá también aseguró que "lo que está pasando en esta selva que se está constituyendo, exaltando al individuo para afirmar su autonomía radical, para definirse incluso en su cuerpo y romper todos los vínculos que le ha dado la tradición, empezando por el matrimonio, la familia, la tradición católica, el amor a su nación. Todo esto está en una crisis profunda. ¿Quién nos va a iluminar?".
"Sin luz la libertad va a ciegas. Y se reduce a los propios instintos y emociones para que este mundo tecnológico consumista reduzca la inteligencia de las personas a puros consumistas", insistió.
Por eso destacó que necesitamos "la voz profética", porque "junto con la crisis de la verdad y la perversión de la libertad, viene lo que es peor: la oscuridad de la conciencia moral. Lo que Benedicto XVI llamaba 'relativismo moral', el nihilismo. La conciencia moral está a oscuras y no distingue entre el bien y el mal".
"¿Qué factor puede regenerar esta situación? No conozco otro que no sea Jesucristo, que es la verdad, el camino y la vida", y recordó que "esta es la misión de la Iglesia, decir desde todas las plataformas posibles la Verdad de Jesucristo que engrandece al hombre".
También advirtió que "la violencia física continua, pero también hay otra insidiosa: que es condenar al profeta a la muerte civil, ridiculizar su mensaje, hacerlo banal. Es lo que estos medios de comunicación constantemente hacen con todos aquellos que se atreven a romper con lo políticamente correcto, pero es lo propio de lo que está pasando en USA y en España, puede ser la vuelta de los bárbaros, por eso necesitamos la voz profética y perder el temor, y para ello necesitamos caer en la cuenta de que con Jesús hay un inicio totalmente nuevo".
"La Iglesia no puede estar callada, confinar a la Iglesia no puede ser. Acallar la voz de los profetas, al profeta por excelencia que es Jesucristo", expresó.
En ese sentido recordó las palabras del Evangelio en las que se dice "temed a quienes pueden arruinar vuestra alma". Explicó que el alma se arruina "matando a Dios en el corazón, negando la trascendencia de la persona y la vida humana. Con leyes educativas sesgadas ideológicamente que enseñan a nuestros niños todo menos la vocación de la trascendencia a Dios, la vocación en las virtudes para ganar la libertad, y la dignidad de la persona humana en todos los estadios de la vida".
Por eso advirtió que "los mismos que se enzarzan con los mayores que han muerto en las residencias están preparando la ley de eutanasia, los mismos que han favorecido la destrucción de la vida naciente en el seno de las madres, los mismos que promueven leyes para la ignorancia".
Alentó a "no callar" y a seguir al Señor "sabiendo que su destino es el nuestro, pero sabiendo que es un destino de victoria".
"Hoy necesitamos la voz de los pastores, pero también de todos, especialmente de los fieles cristianos laicos para que cada uno con su responsabilidad en su ámbito personal, familiar, empresarial, de trabajo socialmente en el ámbito donde se construye la vida social, sindicatos, la política… esté presente la voz de los católicos para presentar, sin voluntad de imponer a nadie, el tesoro que hemos recibido".