El Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, expresó su confianza en que tras la reciente expulsión del estado clerical de Fernando Martínez Suárez, miembro de los Legionarios de Cristo, el Vaticano se ocupe de la "red de encubrimiento" que persistiría en su interior.
En comunicación con ACI Prensa, Mons. Coppola señaló que "estamos a la espera de que la Congregación (para la Doctrina de la Fe del Vaticano), una vez sancionado el abusador, se ocupe de esta red de encubrimiento que salió a la luz luego de las declaraciones de las víctimas".
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"Estoy seguro de que, si sobre este caso se hace justicia, será una señal de esperanza para otras víctimas que están calladas, encerradas en su dolor y sin esperanza de justicia", dijo.
El 13 de enero, tras una revisión del caso por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa Francisco expulsó del estado clerical a Martínez Suárez, que durante su ministerio sacerdotal abusó de al menos seis niñas de entre seis y 11 años, a inicios de la década de 1990.
Meses atrás, Martínez Suárez fue acusado públicamente de haber abusado de niñas a inicios de la década de 1990 cuando dirigía el Instituto Cumbres en Cancún (México), escuela a cargo de los Legionarios de Cristo.
En un documento publicado el 22 de noviembre de 2019, los Legionarios de Cristo confirmaron que Martínez Suárez abuso de al menos seis niñas, entre 1991 y 1993.
También se consigna una acusación contra el exsacerdote realizada en 1969 por el abuso de un niño de entre 4 y 6 años, así como de una niña en 1990. Ambos casos corresponden al Instituto Cumbres Lomas, en Ciudad de México.
El caso de Martínez Suárez ha reavivado los cuestionamientos a los Legionarios de Cristo y a su proceso de renovación.
Fundados en 1941 por Marcial Maciel, fallecido sacerdote que cometió diversos abusos sexuales reconocidos luego por la organización, los Legionarios de Cristo pasaron por un proceso de renovación y purificación acompañados del Vaticano que llevó recientemente a la creación de la Federación Regnum Christi, que incluye a esta congregación así como a las Consagradas del Regnum Christi y los laicos Consagrados del Regnum Christi.
Sin embargo, para las víctimas de Martínez Suárez este caso evidenciaría que persiste el encubrimiento y la complicidad con los abusadores entre las filas de los Legionarios de Cristo.
Para el Nuncio en México, "la dimisión de Fernando Martínez es evidentemente solo un primer paso. Yo sé que justamente las víctimas se quejan de que la sanción ha llegado demasiado tarde, ¡27 años después de los abusos denunciados!, pero quiero notar que esta primera sentencia se ha dictado menos de ocho meses después de que la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Papa fueran informados de los hechos".
"Por otro lado, la misma investigación publicada en noviembre por los Legionarios revela que hubo toda una serie de comportamientos inadecuados de la parte del gobierno de esta congregación, desde cuando se dieron los hechos hasta el pasado mes de mayo, cuando la denuncia de una de las víctimas reveló públicamente la existencia de un caso que hasta los actuales superiores conocían y, a pesar de las disposiciones de la Iglesia, que reserva el juicio sobre estos casos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, decidieron no tomar cartas en el asunto".
"Es por esta razón que el Tribunal Eclesiástico de Monterrey, al cual se han dirigido algunas víctimas de Fernando Martínez, ha pedido a la Congregación para la Doctrina de la Fe la autorización a abrir un proceso penal y un proceso para reparación del daño contra todos los que han sido involucrados en este caso, para establecer si hubo encubrimiento y para imponer las penas adecuadas", explicó.
El Nuncio también destacó la "pena mucho más severa y radical" impuesta por el Papa Francisco a Martínez Suárez, en comparación con las restricciones previamente aplicadas por los Legionarios de Cristo. "Solo el Papa puede suspender de una manera definitiva, para toda la vida, sin posibilidad de regresar al ejercicio del ministerio", dijo.
"Ahora Fernando Martínez no puede ejercer ningún ministerio, ni privado ni público, ni fuera ni dentro de su casa, y esto definitivamente, de por vida. Se trata de la máxima pena definitiva que existe en la Iglesia para un clérigo", destacó.
Mons. Coppola indicó luego que la decisión del Santo Padre de que Martínez Suárez permanezca como miembro de los Legionarios de Cristo, en su opinión, "se trata de una medida para asegurar un cierto control"
"Hubo otros casos en los que sacerdotes miembros de los Legionarios fueron dimitidos del estado clerical y expulsados de su congregación. ¿Sabe cuál fue el resultado? Que estas personas, ya libres de toda obligación, se volvieron prófugos y ahora la justicia civil no puede castigarlos como se debe".
Además, destacó que en su conferencia de prensa del 14 de enero la Conferencia del Episcopado mexicano solicitó a las autoridades que se abrogue o se amplíe el periodo de prescripción de los delitos de abuso sexual de menores. "Si esta petición es acogida, la sociedad mexicana estará más segura, las víctimas estarán más protegidas y los abusadores sabrán que tarde o temprano tendrán que pagar su deuda con la justicia", aseguró.
Con miras al próximo Capítulo General que celebrarán los Legionarios de Cristo desde el 20 de enero en Roma, el representante en México destacó que un evento como este siempre "despierta esperanza: esperanza de mayor fidelidad a su carisma y de una colaboración más ajustada a las exigencias de nuestra época en la obra de evangelización, que es la misión de toda la Iglesia".
Para Mons. Coppola, "hubiera sido un gran gesto de humildad, de libertad frente a los cargos y a los honores humanos y de amor hacia su congregación, si todos los implicados en la investigación del Tribunal de Monterrey habrían renunciado a participar en este capítulo, como las víctimas se lo habían solicitado".
"Pienso que nadie de ellos pueda considerarse tan indispensable para el capítulo de su congregación. En cambio, ¿cómo será juzgado en el futuro este capítulo si estos sacerdotes fueran efectivamente condenados? ¿no será una mancha para todo el capítulo y para la congregación?".
"Lamentablemente, hasta ahora, no tengo ninguna noticia de que esta invitación haya sido acogida o tomada en consideración; de hecho, no me he enterado de que hayan siquiera contestado explicando porque no renuncian a participar", indicó.
Si bien el Nuncio en México destacó que ha conocido de testimonios sobre la importante actividad apostólica de los Legionarios "he escuchado también testimonios tristes de personas gravemente heridas que se han lamentado de que, en lugar de encontrar comprensión y consuelo, se toparon con el silencio y la negación".
"Yo no soy nadie para juzgar, pero humildemente pienso, por lo menos para lo que se refiere al caso que ha pasado bajo mis ojos, de Fernando Martínez, que habrían podido reaccionar y actuar mucho mejor, sobre todo en cuanto a la transparencia y al acercamiento a las víctimas", dijo.
"Sobre este tema, de la falta de transparencia y de comunicación, espero que la congregación de los Legionarios haga unos pasos decisivos en adelante para separarse definitivamente de los momentos más oscuros de su historia", expresó.