Esta semana, una dramática fotografía se viralizó en las redes sociales. La imagen corresponde a la presunta decapitación de un ciudadano sirio que habría ocurrido a inicios de 2015.
Algunas páginas en Facebook y usuarios de Twitter compartieron la fotografía como si se tratara de la reciente decapitación de un sacerdote católico identificado como Paul Jacob o Boulos Yakoub.
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La imagen original circuló en medios árabes hace un año y habría sido difundida por una agencia de prensa simpatizante de ISIS. La fotografía original correspondería a la ejecución de un poblador de la ciudad siria de Raqqa.
En febrero de 2015, la imagen se viralizó en las redes sociales y el Patriarcado Caldeo negó la noticia e incluso explicó que en la región no existe ningún sacerdote con ese nombre.
Ejecuciones reales
El Padre Iskander, de 59 años, fue secuestrado el lunes pasado en una calle de Mosul, a 370 kilómetros al norte de Bagdad. Sus secuestradores exigieron a la familia 350 mil dólares de rescate y aceptaron rebajar la suma a 40 mil dólares si es que su iglesia repudiaba públicamente el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció en la Universidad de Ratisbona durante su viaje a Alemania.
La iglesia siro ortodoxa, que no es católica, desplegó 30 paneles en todo Mosul expresando su obligado desacuerdo con las palabras del Papa y la familia logró reunir el dinero.
Sin embargo, los secuestradores interrumpieron todo contacto con la familia y el cuerpo de Iskander apareció decapitado y desmembrado en la localidad de Tahrir.
En junio de 2013, también en Siria, yihadistas asesinaron al Padre Francois Mourad en el monasterio franciscano de San Antonio de Padua en Ghassenieh, al norte de Siria.
El P. Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, explicó que el P. Mourad fue asesinado al intentar defender de los rebeldes a las religiosas del monasterio y otras personas más.
El P. Mourad era muy conocido en la región, donde se había retirado hace muchos años para vivir la vida de un ermitaño. Había terminado su noviciado franciscano para la Custodia en Roma, pero dejó la orden para vivir una vida contemplativa. Luego adoptó la ciudadanía siria.
La situación de los cristianos en las áreas controladas por el ISIS es crítica. Al secuestro masivo de fieles, las ejecuciones de cristianos y venta de mujeres como esclavas sexuales, se suma el rapto de sacerdotes católicos como el P. Jacques Mourad, el P. Hanna Jallouf, y el P. Dhiya Azziz, entre otros. Algunos lograron escapar y otros fueron luego liberados por los terroristas.
Sin embargo, aún no se sabe nada de los obispos ortodoxos Bulos Yaziji y Yuhanna Ibrahim, desaparecidos en Siria en 2013, y del P. Paolo Dall'Oglio, desaparecido en 2015.