La Arquidiócesis de Xalapa (México) alentó a aprovechar la celebración de la Navidad para dar lugar en nuestras vidas a Dios y a los hermanos, así como para ser constructores de paz.
El P. José Manuel Suazo Reyes, director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, alentó a que "la celebración de la Navidad nos lleve a dar un lugar a Dios y a los hermanos. Celebrar la Navidad es reconocer la cercanía de Dios y su misericordia".
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"La vida del hombre se hace más difícil cuando uno se olvida de Dios. La Navidad es una bella ocasión para dejar entrar a Dios en nuestra vida y al mismo tiempo ser constructores de paz", señaló.
El sacerdote recordó que debido a que en Navidad Dios nos dio el regalo de su hijo "es como surge la tradición de intercambiar regalos en este periodo".
"Ciertamente los regalos más significativos son aquellos que involucran nuestra existencia. No se trata solo de dar cosas, sino de aprender a dar parte de nosotros mismos", destacó.
"La celebración del nacimiento de Jesús nos permite comprender la pedagogía divina: Dios se acerca a la humanidad desde lo pequeño. Él se aproxima a nosotros a través de un niño recién nacido para que también nosotros nos acerquemos a él, con humildad y desde nuestra fragilidad, provocando la experiencia del encuentro, experimentando su amor y llenándonos de su ternura".
Además, dijo, celebrar la Navidad "nos impulsa también a solidarizarnos con quienes sufren situaciones de dolor, miseria o hambre, así como con los más vulnerables, entre ellos los niños no nacidos, los enfermos, los adultos mayores, los migrantes y los desocupados".
"Recordemos además que nadie viene a este mundo por casualidad, la vida es un regalo maravilloso de Dios y por lo tanto toda vida humana es amada y dignificada por el creador", subrayó.
El Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa lamentó que "vivimos en una sociedad fragmentada, lastimada y dividida. El nacimiento de Jesús ha traído la concordia, ha generado la experiencia del encuentro, en el portal de Belén cabemos todos".
"La experiencia de Navidad debe ayudarnos a superar todo aquello que nos divide como para buscar juntos el bien común, ayudarnos unos a otros crear mejores condiciones de vida y a dejar atrás discursos que sólo envenenan a la sociedad y la dividen entre buenos y malos. México necesita cultivar la concordia", expresó.
También la Navidad debe movernos a destinar "tiempo para los demás", subrayó, pues "en este mundo contemporáneo vivimos muy ocupados y distraídos en nosotros mismos, y se corre el riego de descuidar lo que da sentido a nuestras vidas, necesitamos dedicar un poco de tiempo a los demás: a la familia, a los hijos, a los pobres, los inmigrantes, los descartados".
Además, es una ocasión de comprometernos "a promover la paz".
El reconocimiento de la grandeza de Dios, dijo, "lleva también un compromiso de paz. Quien lo reconoce está llamado también a promover la paz. Pues el olvido de Dios lleva también al descuido de la paz. Cuando nos olvidamos de Dios nos olvidamos también de los demás".