Cientos de católicos en Oklahoma respondieron con una hora de adoración eucarística, procesiones y oraciones ante una "misa negra" realizada el domingo 21 de septiembre en Oklahoma (Estados Unidos).
Durante la celebración de la Hora Santa, en la Iglesia de San Francisco de Asís, el Arzobispo de Oklahoma City, Mons. Paul Coakle, indicó que "estamos reunidos como testigos de la esperanza en un tiempo en la que la oscuridad parece estar ganando terreno, tanto aquí como alrededor del mundo".
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"¡Sabemos que Cristo es victorioso! Él ha vencido a Satanás. Él ha destruido el reino del pecado y el poder de la muerte a través de su Santa Cruz y su gloriosa Resurrección".
A unos 3 kilómetros de distancia, algunas horas más tarde del mismo domingo, cientos de católicos llegaron a los exteriores del Salón Musical del Centro Cívico de Oklahoma City para manifestarse contra la "misa negra".
Algunos llevaron crucifijos y otros imágenes de la Virgen María. También se pudo apreciar diversos carteles con la frase "Yo creo en la Santa Iglesia Católica".
Estefani Martínez, una de las manifestantes, lamentó en declaraciones la televisora local News 9 que algunos "adoren al demonio en lugar de Dios".
El grupo ocultista Dakhma de Angra Mainyu programó una "misa negra" en el salón musical administrado por la ciudad. Una misa negra es una ceremonia sacrílega que invoca a Satanás y se burla de la Misa católica. Involucra la profanación de la Eucaristía, generalmente tras robar una Hostia consagrada de una iglesia católica, y la usa en un ritual profano y sexual.
Adam Daniels, que organizó el evento, aseguró tener en su posesión una Hostia consagrada que le habría sido enviada por correo por un amigo. Sin embargo, el 21 de agosto, su abogado entregó la presunta Hostia a un sacerdote de la arquidiócesis de Oklahoma City, luego de que fuera denunciado por robo.
Fueron 100 entradas las que se vendieron para la "misa negra" a la que finalmente asistieron solo 40 personas. El costo de cada una era de 15 dólares.
El rito satánico comenzó a las 7:00 p.m. (hora local), con tres músicos y Daniels vestido con una túnica negra, quien aseguró que su propósito era destruir el temor por la Iglesia Católica, según informó News 9.
Horas antes, en la iglesia de San Francisco de Asís, Mons. Paul Coakley alertó que la "misa negra" requiere "corromper y profanar la Eucaristía", porque "los satanistas, y su amo, saben quién está presente". "Ellos reconocen la Presencia Real del Señor Jesús, no para adorarlo, sino solo para burlarse y despreciar con odio", dijo.
"No estamos aquí, sin embargo, para protestar", añadió. "Pongamos a un lado, por el momento, nuestra indignación. Estamos aquí para alabar y adorar. Estamos aquí para dar gracias por los dones de nuestra fe y el tesoro invaluable de la presencia permanente del Señor con nosotros en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre".
Mons. Coakley dijo que los católicos se reúnen ante Jesucristo en el Santísimo Sacramento "para escuchar su Santa Palabra y abrirse a las inspiraciones de su Espíritu, para que así nos volvamos más fieles y testigos auténticos de su amor y misericordia en medio de nuestra familia humana, quebrada y sufriente".
El Prelado y muchos otros católicos participaron en una procesión Eucarística después de la Hora Santa.
Por su parte, el Obispo de Tulsa, Mons. Edward Slattery, presidió una procesión Eucarística y una exposición del Santísimo Sacramento en la Catedral de la Sagrada Familia como reparación por el acto satánico.
"Estamos haciendo esto para fortalecer la fe de nuestra gente, y para darles una oportunidad de reaccionar en una forma muy positiva al anuncio de la misa negra", dijo el Prelado.
Mons. Slattery señaló que "esta es una forma de ejercer su fe y una oportunidad para rezar juntos en una reacción a lo que realmente es una maldición y blasfemia porque creemos que el Sagrado Sacramento es Dios mismo".
El Obispo dijo que los organizadores de la "misa negra" en realidad "abrazan el mal y la ira y la venganza, mientras que los católicos predican "el amor de Dios a la humanidad. Perdón, amor, misericordia y paz".
"Contrarrestamos el odio con el perdón, con el amor y mostrando lo que es bello", dijo.
Michael Ortega, un católico que participó en el evento en Tulsa, dijo al Tulsa World que asistió "debido al amor y apoyo de mi Iglesia, y el amor y devoción que tengo por Nuestro Señor Jesucristo".