El Papa Francisco ordenó detener el papamóvil abierto en el que se desplazaba por las calles de Iquique (Chile) para asistir a una mujer policía que se cayó del caballo en el que estaba montada.

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Luego de celebrar una multitudinaria Misa el 18 de enero, el Papa Francisco se dirigía por las calles de la ciudad chilena. A su paso, la policía Ana Belén Aguilera Casas cayó del caballo en el que estaba montada y que se descontroló al golpearse con el papamóvil.

La mujer, perteneciente al cuerpo de Carabineros, fue socorrida por varios de sus colegas y también por el Santo Padre, quien ordenó detener su vehículo. De inmediato llegó una ambulancia para atender a Aguilera Casas.

Durante la tarde de ese mismo día, la policía, que ya estaba recuperada, recibió una emotiva sorpresa: un rosario bendecido por el Papa Francisco, además de sus deseos de una pronta recuperación.

La funcionaria de Carabineros, que cumple el cargo de Subcomisaría Chinchorro, detalló a la prensa local que "al caer al suelo perdí el conocimiento y solo miré hacia arriba".

"Había mucha gente, paramédicos y en ese momento el Papa Francisco se acerca a decirme que estuviera tranquila, que todo iba a estar bien, me dio un beso en la frente y se retiró", relató.

Frente a esto, la carabinera valoró el actuar del Papa y agradeció que él "tuviera esa deferencia de bajarse del papamóvil y poder ayúdame en ese momento". 

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