Un miembro de las fuerzas armadas de Venezuela expulsó a diversos periodistas de medios locales que cubrían el velorio del sacerdote Reinaldo Herrera, que se realizaba en el Colegio Champagnat de Caurimare.
Según informa el diario El Universal, el militar se acercó a los periodistas de Venevisión Televen y Vivo Play, y les indicó que "por órdenes de su comandante", debían desalojar el Colegio.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El equipo de Venevisión pudo grabar antes de recibir la notificación. Sin embargo, el camarógrafo de Televen no pudo hacer tomas del féretro y la periodista se vio obligada a entrevistar a los familiares y amigos del sacerdote asesinado en las puertas del colegio.
"Le preguntamos al soldado que nos abordó quién dio la orden y no quiso responder. Insistió en que debíamos irnos de allí. No nos quedó otra opción que hacer las entrevistas afuera, pese a que la directora del plantel, Milagros Bustamante", explicó Adriana Nuñez de Televen.
Una gran cantidad de personas acudieron al colegio para asistir a la Misa celebrada por el Obispo Castrense (Militar), Mons. Hernán Sánchez Porras. El Prelado destacó las virtudes del P. Herrera, quien fue asesinado de dos disparos. Lo describió como un hombre de principios que se dedicó a ayudare a los más necesitados.
El cortejo fúnebre partió al Cementerio de La Guairita. El lugar estuvo custodiado por efectivos de la Guardia Nacional.
Mientras se investiga la hipótesis de que el sacerdote fue asesinado para robarle, Milagros Bustamante, directora del plantel Champagnat, manifestó que Caurimare se ha convertido en blanco del hampa. "Hace pocos días a una vecina que paseaba a su mascota por la avenida principal de la urbanización, fue emboscada por unos sujetos que la obligaron a entrar a su apartamento y lo saquearon".
Bustamante destacó el espíritu caritativo y la afinidad que tenía el sacerdote con la población juvenil. "Era un hombre noble que abogaba por los desamparados. En toda obra social que se organizaba, él participaba de manera activa", refirió.
El P. Herrera Lures era capellán militar en la Infantería de Marina de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y pertenecía al Ordinariato Militar, que agrupa a los capellanes militares.
El sacerdote asesinado también era licenciado en Derecho Canónico, fue canciller de la Diócesis de La Guaira y capellán del Colegio Champagnat en Caracas (Venezuela).