El Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro, participó el sábado en la "Marcha por la Mujer y la Vida", que reunió a más de 1.000 personas, recorriendo algunas de las calles de Toledo (España) para recordar y defender públicamente "que la vida es un don de Dios".
Mons. Cerro aseguró que "vale la pena entregar la vida para que otros tengan vida y la tengan en abundancia", según informó un comunicado de Cáritas Toledo publicado el 3 abril.
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Además de la marcha, más de 2.200 personas participaron de la "VII Fiesta por la Mujer y la Vida", celebrada el mismo día en el Colegio Diocesano "Nuestra Señora de los Infantes".
Con la inscripción de cada participante se colaboró en la financiación del Proyecto Mater, una respuesta arquidiocesana a las necesidades de las madres en riesgo de aborto y en situaciones vulnerables.
Durante el evento, representantes de entidades provida como Red Madre, Acción Católica de Propagandistas y 40 días por la Vida leyeron un manifiesta que señala que "el aborto no es una forma de liberación femenina", sino que "es la mayor violencia hacia la mujer y por eso las mujeres nunca hemos sido tan esclavas como ahora".
"España, al legalizar el aborto, se convierte en una nación pobre, en un país que no enseña a amar sino a aplicar la violencia destruyendo la paz. Exigimos a todos los partidos políticos que tomen la determinación de defender al no nacido y no permitir bajo ningún concepto que un niño sea rechazado", precisa el texto.
El manifiesto asimismo indica que se busca "hacer frente a la cultura de la muerte, que lleva a la sociedad, a las familias, a las mujeres y hombres; a situaciones de desesperación, violencia, confusión y mentira". También se hizo una llamada a la responsabilidad, al compromiso en la defensa de la vida.
La fiesta concluyó con la Eucaristía en la Parroquia de San Julián de Toledo, presidida por el vicario episcopal de Laicos, Familia y Vida, P. Enrique del Álamo, que realizó la bendición sobre las madres embarazadas.