En la Celebración Eucarística que marca el inicio de la Cuaresma, el sacerdote y los ministros que lo asisten pronuncian una fórmula al imponer la ceniza en la frente de los fieles.
El P. Samuel Bonilla, conocido como "Padre Sam", explicó que en la Iglesia Católica "normalmente a una fórmula le sigue una respuesta". Por ejemplo, cuando se recibe la Comunión, el sacerdote dice: "El Cuerpo de Cristo", y el que lo recibe debe responder: "Amén".
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En el caso del inicio de la Cuaresma, el sacerdote explicó que el Misal Romano señala que "seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice: 'Conviértete y cree en el Evangelio' (cf. Mc 1,15) o: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás" (cf. Gn 3,19).
En este documento "no se indica respuesta alguna. Lo cual nos lleva a concluir que no se responde nada, pues de así ser, se especificaría", resaltó.
"Por lo tanto, cuando el sacerdote o ministro te coloquen la ceniza en la frente o en la coronilla de la cabeza, retírate en silencio, meditando la frase o invitación que te han hecho", concluyó.