Entre los muchos lugares a donde Don Bosco llevó el carisma salesiano, está la ciudad italiana de Génova, llena de anécdotas e historias, como la de un milagro poco conocido que tuvo como protagonista no solo al santo sacerdote, sino también a María Auxiliadora.
El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena (Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia Argentina, relató en 2016 a ACI Stampa —agencia en italiano del Grupo ACI—, que Don Bosco celebró una Misa en 1872 en la que participaba una gran cantidad de benefactores.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Luego de la catequesis y el momento de oración, todos pasaron a la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del fundador de los salesianos, quien tenía por costumbre obsequiar a cada persona una medallita de María Auxiliadora, advocación que difundió a varios países del mundo.
“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”, afirmó el P. Verlezza.
Aquí, explicó también el sacerdote, “San Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.
“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don Bosco, a quien San Juan Pablo II declaró “padre y maestro de la juventud”.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
Don Bosco fue canonizado el 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI en la Plaza de San Pedro.
Esta noticia se publicó originalmente el 31 de enero de 2018.