La foto de un bebé vestido de Papa en el Santuario de Fátima conmovió las redes durante la peregrinación del Papa Francisco a Portugal por los 100 años de las apariciones de la Virgen. Lo que muchos no conocen es la conmovedora historia de superación detrás de esta tierna imagen.
MiniPope is doing the rounds on social media. Born premature, mother promised to bring him to #Fatima100 if he lived. Grandma made costume pic.twitter.com/0DWTdFxYIT
- Filipe d'Avillez (@Favillez) 12 de mayo de 2017
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Diego Guerreiro es originario de la ciudad portuguesa de Pinhal Novo, ubicada a unos 42 kilómetros de la capital, Lisboa. Nació prematuramente a las 33 semanas. Pesaba 1 kilo con 675 gramos y medía 40 centímetros.
En declaraciones a Tvi24, su madre Carla contó que después del parto ella no pudo ver a su bebé. "Tuvieron que llevárselo inmediatamente al área de cuidados intensivos", expresó.
El pequeño "tenía problemas para respirar. Ninguno de los médicos podía explicar por qué se asfixiaba tanto", narró Carla, que tiene otro hijo de siete años.
Ella recordó que Diego estuvo internado 76 días en el Hospital de Santa María, donde experimentó muchos avances y retrocesos en su salud. El bebé pasó la mitad de ese periodo en cuidados intensivos neonatales.
En la víspera del día en que le dieron de alta, Diego volvió a sufrir una crisis grave y regresó a cuidados intensivos. En ese momento, Carla pidió que el Papa Francisco intercediera por su hijo y prometió que cuando el Pontífice fuera a Fátima los días 12 y 13 de mayo, ella llevaría al bebé al santuario.
El pasado jueves 11 de mayo, ellos llegaron a Fátima y pasaron la noche dentro de su auto para ir a las 08:00 a.m. del día siguiente al Santuario. Allí consiguieron un lugar cerca de la reja de seguridad instalada a lo largo del corredor por donde pasaría el papamóvil.
¨Para esta ocasión, la madre y la abuela de Diego tuvieron la idea de vestirlo como el Papa Francisco. Ambas buscaron en internet un modelo que "fuera fácil de hacer" y la abuela cosió el traje.
Para completar el atuendo, Carla le puso en el cuello un rosario que el Papa Emérito Benedicto XVI le regaló al padre del bebé cuando estuvo en el santuario de Fátima como parte de la seguridad del Pontífice.
Diego aún enfrenta dificultades y a veces se ahoga. Su madre afirmó que "en verdad, él puede desmayarse en cualquier momento".
Mientras tanto, ella se mantiene firme y solícita para socorrer a su hijo cuando es necesario.
"Cuando él se ahoga, me olvido que soy su madre. Me pongo muy lúcida. Le doy la vuelta y comienzo a darle palmaditas en la espalda hasta que vuelva a la normalidad. Hasta que deje de tener el color púrpura y vuelva a su color normal", destacó.
Traducido por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Digital.
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