Mons. Antoine Chahda, Arzobispo siro-católico de Alepo (Siria), recordó el sufrimiento del pueblo por la guerra que ha asolado el país durante más de una década, pues "la gente se quedó sin nada", y destaca la importancia de la ayuda de quienes les extienden "la mano para ayudarnos".
Entrevistado por ACI Prensa este 4 de mayo, Mons. Antoine Chahda, señaló que la manutención de sacerdotes, los religiosos y las religiosas la asegura la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), "que manda intenciones de misas y ayudas para el arzobispado en lo más importante como son los sueldos para los empleados y de los sacerdotes".
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El Prelado indicó que "también la Congregación de las Iglesias Orientales de Roma nos está ayudando".
De acuerdo a Naciones Unidas, desde que comenzó el conflicto en Siria entre el gobierno y grupos rebeldes, en marzo de 2011, el país "ha sido testigo de una devastación y desplazamiento sin precedentes".
"Más de 6 millones de sirios han huido del país y 6,7 millones (han sido) desplazados internamente".
Para Naciones Unidas, a 11 años del inicio del conflicto en Siria más de 14 millones de personas necesitan ayuda a causa de la violencia que sufrió el país.
Mons. Chahda manifestó que otra forma de ayuda que reciben "es cuando uno pide, ya que la gente sabe que estamos viviendo en dificultad y nos extiende la mano para ayudarnos".
Además, destacó los esfuerzos para la generación de empleo en el país, para lo que "es importante que la ayuda que viene de afuera de la ACN o de otros organismos puedan procurar un trabajo, aunque pequeño, a los jóvenes y a las personas".
El Arzobispo indicó que por la guerra "la gente se quedó sin nada, sin negocios, sin locales comerciales y sin casas".
Por lo tanto, propuso "asegurar entradas de un trabajo pequeño a las familias, como de barbero o venta de material de construcción; algo sí para poder asegurarles la vida y poder sostenerse; eso es un medio para salvar la vida de la gente".
Entre los grandes problemas que ha dejado la guerra también se encuentra la falta de acceso a la electricidad.
"Compramos luz de la calle y cada amperio que venden cuesta unas 20 o 25 mil liras (entre 8 y 10 dólares)", dijo.
"Si compras 2 amperios te ayudan a tener luz en la casa con televisor, un poco de refrigerador", dijo, por lo que "la gente lo que gana en su vida diaria lo pagan en electricidad".