Con motivo de la fiesta litúrgica de Santa María Goretti, conoce la oración que San Juan Pablo II compuso a la niña que defendió con su vida la virtud de la castidad y perdonó a su agresor.
Santa María Goretti falleció a los 11 años tras ser apuñalada 14 veces por Alessandro Serenelli, un joven que intentó abusar sexualmente de ella.
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La santa italiana murió el 6 de julio de 1902, luego de varias horas de agonía en el hospital, donde recibió la sagrada Comunión y la Unción de los enfermos. El Papa Pío XII la canonizó en 1950.
En 1979, un año después de su elección como Pontífice, San Juan Pablo II visitó el Santuario de Nuestra Señora de las Gracias y Santa María Goretti, en Nettuno (Italia), lugar donde reposan los restos de la niña santa.
El Santo Padre destacó a Marietta, como llamaban cariñosamente a la pequeña, no sólo por defender su pureza, sino porque perdonó a su agresor en su lecho de muerte, y le compuso la siguiente oración:
"Niña de Dios, tú que has conocido pronto la dureza y la fatiga,
el dolor y las breves alegrías de la vida,
tú que has sido pobre y huérfana,
tú que has amado al prójimo haciéndote sierva humilde y presurosa,
tú que has sido buena y has amado a Jesús sobre todas las otras cosas,
tú que has derramado tu sangre para no traicionar al Señor,
tú que has perdonado a tu asesino,
intercede y reza por nosotros para que digamos sí al designio de Dios para nosotros.
Te agradecemos, Marietta, por el amor a Dios y por los hermanos,
que has sembrado en nuestro corazón.
Amén".
El Santo Padre también recordó a Santa María Goretti durante el rezo del Ángelus del 7 de julio de 2002, un día después de la celebración de los cien años de su muerte.
"He querido recordar este importante aniversario con un mensaje especial dirigido al Obispo de Albano, subrayando la actualidad de esta mártir de la pureza, que espero sea más conocida por los adolescentes y los jóvenes", dijo el Santo Padre.
"Santa María Goretti es un ejemplo para las nuevas generaciones, amenazadas por una mentalidad de apatía, que no comprende la importancia de valores sobre los que jamás es lícito hacer componendas", agregó.
El santo polaco destacó que "aunque era pobre y carecía de instrucción escolar, María, que no había cumplido doce años, poseía una personalidad fuerte y madura, formada por la educación religiosa recibida en su familia. Esto le permitió no sólo defender su persona con castidad heroica, sino incluso perdonar a su asesino".
"Su martirio recuerda que el ser humano no se realiza siguiendo los impulsos del placer, sino viviendo la propia vida con amor y responsabilidad", subrayó.
Finalmente, alentó a los jóvenes a seguir el ejemplo de María Goretti. "No dejen que la cultura del tener y del placer aletargue vuestra conciencia. Sean 'centinelas' despiertos y vigilantes, para ser auténticos protagonistas de una nueva humanidad".