El pasado 15 de marzo la comunidad cristiana en Lahore (Pakistán), fue nuevamente golpeada cuando dos suicidas musulmanes atacaron con explosivos una iglesia católica y otra protestante, causando al menos 17 muertos y 80 heridos; sin embargo, la tragedia no fue mayor gracias al sacrificio de Akash Bashir, un joven salesiano de 19 años que se lanzó contra el atacante para evitar que murieran los fieles de su parroquia.
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Salute! True hero of Pakistan Akash Bashir died stopping suicide bomber.. medal for bravery. #Lahore pic.twitter.com/vGFP3SOU2C
- ? Pakistan - Wake-UP (@NewPakistan2020) marzo 17, 2015
El hecho ocurrió en la iglesia de San Juan, en el barrio de Youhanabad de Lahore, de mayoría cristiana. El terrorista que atacó la parroquia católica aprovechó la distracción de algunos de los guardias de seguridad que veían por televisión el encuentro de criquet entre Pakistán e Irlanda.
Sin embargo, Akash, que también se desempeñaba como guardia de seguridad, advirtió la carga de explosivos y frenó al atacante cerca de la puerta de la iglesia, para segundos después, a ver que sus intentos por disuadirlo eran en vano, abrazarlo y poner su cuerpo como escudo en el momento que el terrorista hizo estallar el artefacto, informó la agencia salesiana ANS.
Minutos después otro atentado ocurrió en una iglesia protestante cercana. El balance general fue de 17 muertos y cerca de 80 heridos. Ambos ataques fueron reivindicados por el grupo Jamaat-ul-Ahrar (JuA). Fuentes salesianas indicaron que de no ser por el sacrificio de Bashir –antiguo alumno de la escuela profesional salesiana de este barrio-, el número de víctimas habría sido mayor, "como pretendían los terroristas".
Según se informó, el clima de tensión e inseguridad no cesa en la ciudad. Después de los funerales, algunas manifestaciones han degenerado en violencia. En las calles "se viven escenas de violencia salvaje y vandalismo, que a duras penas han podido ser controladas por las fuerzas militares especiales", ha indicado la citada agencia. "Estas manifestaciones violentas están haciendo ahora más precaria la seguridad de los cristianos", ha añadido.
El pasado 17 de marzo, "un grupo compacto de musulmanes, animados por los altavoces de mezquitas vecinas, entraron en el barrio cristiano, tomaron la vía principal y las fuerzas del orden apenas pudieron detenerlas antes de que entrasen en contacto con el grupo cristiano, alineados en la parte opuesta", ha relatado.
"La escuela salesiana permanecerá cerrada hasta que no se garantice totalmente su seguridad; algunos jóvenes ni siquiera pueden volver actualmente a sus casas, a causa de los continuos desórdenes y de la violencia callejera", indicó. "Al ser minoría cristiana, hay momentos en que nuestra única esperanza está en la ayuda de Dios y de su Madre María", señaló.