El 30 de julio la Compañía de Jesús en Chile informó sobre el término de la investigación hacia el P. Renato Poblete Barth, en la que se comprobaron graves delitos por abusos sexuales, de poder y conciencia contra 22 personas.
En la investigación liderada por el abogado Waldo Bown se entrevistó a 102 personas y se recibieron 22 testimonios de mujeres que afirmaron sufrir abusos por parte del sacerdote Poblete, por hechos ocurridos entre 1960 y 2008.
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El caso del P. Poblete se destapó en enero de 2019, luego de la denuncia realizada por Marcela Aranda Escobar, profesora de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Durante la investigación se entrevistó a más de 100 personas, se revisaron documentos, inspeccionaron lugares y recepcionaron testimonios vía correo electrónico.
De los 22 testimonios existentes, "16 de ellos refieren a hechos correspondientes a un abuso sexual consistente en un abordaje sexual inesperado y violento, en que intempestivamente se intenta besar y tocar a la víctima", describe el comunicado.
"Hay también dos víctimas mayores de edad que mantuvieron una relación sexual abusiva estable en el tiempo con Poblete Barth. Asimismo, se pudo constatar 4 casos de abuso sexual de menores de 18 años", aseguraron los jesuitas.
La investigación consideró que todos los testimonios son "pausibles y creíbles y, en algunos casos, pudo corroborar las denuncias con los testimonios de terceras personas u otro tipo de elementos externos que confirmaron los hechos".
Asimismo, el documento da cuenta que existió "un número significativo de personas, jesuitas y laicos, que tuvieron alguna información de comportamientos inadecuados del sacerdote Renato Poblete Barth, los que fueron conocidos de primera fuente, por terceras personas, o a modo de rumor".
La investigación detalló que no encontró ningún caso de "un jesuita que haya tomado conocimiento de abuso de menores, violaciones, ni abortos. Además, ninguna víctima señaló haber comentado este tipo de delitos a algún jesuita".
"Sin embargo, el investigador estimó que en algunos casos hubo responsabilidad ética por no haber informado a sus superiores o no haber mostrado un mayor cuidado a las posibles víctimas", explicó.
Según lo explicado en el documento, el abogado "no acreditó la existencia de encubrimiento", tal como se entiende en el ordenamiento jurídico chileno, sin embargo, "corresponde al Ministerio Público y a los tribunales establecer su existencia".
La Compañía de Jesús reconoció que falló "en reaccionar con decisión, diligencia y eficacia ante las noticias, informaciones o señales preocupantes. Esta inacción permitió que se llevarán a cabo abusos de gravedad o no impidió que el comportamiento abusivo continuara".
"Pedimos perdón porque no actuamos con la prontitud y seriedad que se requería, con una mirada puesta en quienes estaban sufriendo en silencio. Pedimos perdón a las víctimas de abuso sexual en este caso y en los otros cometidos por jesuitas. El daño infringido ha sido enorme y, en muchos casos, tan grande que es difícil de dimensionar con palabras", expresaron.
"Nos avergüenza y nos desgarra saber que hay personas a las que hemos dañado. Esto contraviene lo fundamental de nuestra razón de existir, de nuestra misión, que es justamente la transmisión de la Buena Noticia de Jesucristo, de la liberación de los oprimidos y del cuidado de los más vulnerables. Pedimos perdón por sus actos y por nuestras cegueras y negligencias", agregó.
Asimismo, los jesuitas informaron que enviarán los antecedentes a la fiscalía y que han ofrecido apoyo económico para los tratamientos terapéuticos de aquellas víctimas que lo han solicitado
Para llevar adelante el proceso de reparación de las víctimas, tanto en el caso de Poblete Barth como en otros, "nos comprometemos a profundizar los espacios de diálogo para ir definiendo las medidas reparatorias más adecuadas", concluyó el comunicado.
El P. Poblete Barth fue capellán del Hogar de Cristo durante 18 años, entre 1982 y 2000, tiempo en el que expandió la obra iniciada por San Alberto Hurtado. Falleció en 2010 y una multitud fue a despedirlo.
Como sociólogo, el sacerdote destacó por sus aportes investigativos sobre la "pastoral popular" en América Latina. Sus reflexiones fueron recogidas en los documentos de las conferencias generales del Episcopado Latinoamericano de Medellín (1968) y Puebla (1979).
Durante su trayectoria fue consejero del Centro Latinoamericano de Población (CELAP), director del Instituto Latinoamericano de Doctrina Social (ILADES), secretario ejecutivo del Departamento de Acción Social del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), entre otros cargos y reconocimientos.