Ante el anuncio del científico chino He Jiankui que asegura que han nacido los primeros bebés modificados genéticamente, el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (España) ha publicado una valoración al respecto.
Según declaraciones del científico, su objetivo al manipular genéticamente los embriones era dotarles de resistencia al VIH, ya que el padre de las niñas es portador del virus.
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De esta manera, Jiankui deshabilitó el gen CCR5, que permite que el retrovirus ingrese a las células, editando varias secciones del genoma humano y reemplazándolo con cadenas de ADN deseado.
Sin embargo, hasta ahora no se ha confirmado el supuesto nacimiento de las gemelas modificadas genéticamente.
Desde el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, han publicado un comunicado en el que explican que esta modificación genética en estado germinal “abre la puerta a la producción de los llamados “bebés de diseño”, en los que las modificaciones no ser realizarían para curar una enfermedad, sino para obtener distintas “mejoras” en el bebé.
Advierten que esto tiene unas implicaciones éticas “de enorme gravedad”, ya que en el caso de estas gemelas no implicaría la curación del VIH, ya que no lo padecen, sino “dotarlas de un rasgo genético preventivo”.
Como valoración ética, el Observatorio de Bioética, aseguró que “la puesta en marcha de intervenciones sobre el genoma humano embrionario que implican proyectos de mejora, diseño o selección, pueden ser un paso más para el desarrollo de los proyectos trans y posthumanista, que constituyen, a nuestro juicio, el mayor ataque a la persona humana en este siglo XXI”.
Además recordaron que “el uso y destrucción de embriones humanos en investigación es moralmente inaceptable”.
“El avance técnico en este campo no debe sustentarse en la experimentación con embriones humanos, sino en modelos animales, aunque no existen garantías de que pueda alcanzarse un grado de seguridad suficiente en el futuro”, señalaron.
Indicaron que no es seguro que la edición genética llegue “algún día ser segura basándonos solo en estudios con animales”, pero esto no justifica bajo ningún concepto “el sacrificio de vidas humanas con este fin, máxime teniendo en cuenta que la modificación genética germinal no responde a las necesidades médicas de pacientes existentes, sino al deseo de los padres de concebir hijos, como mínimo, perfectamente sanos”.
Si bien el deseo de tener hijos sanos es “legítimo”, “los medios no se justifican por el fin, sino que deben ser justificados en sí mismos”.
Por eso insisten en que “al margen de las cuestiones de seguridad, aparece el problema de la distinción entre terapia y mejora, abriéndose la puerta a la producción de bebés de diseño”.