"Otro duro golpe para el santuario de Lourdes". Así ha lamentado el P. Olivier Ribadeau Dumas que la mitad de las capillas de la luz, donde los peregrinos depositan sus velas, hayan sido destruidas por el fuego entre la noche del sábado 10 al domingo 11 de julio. 

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Ubicadas desde el año 2018 en la ribera opuesta al lugar donde se sitúan las piscinas del Santuario, las capillas de la luz constituyen uno de los lugares de mayor recogimiento del lugar, junto a la gruta de las apariciones.

 


Las capillas que han resultado destruidas son las cuatro que están situadas más aguas abajo del río que atraviesa el espacio del santuario. En concreto, las dos últimas son las que se han usado hasta el momento para colocar los cirios de mayor peso y tamaño. 

La imagen de la Virgen que está colocada junto al río mirando hacia las capillas de la luz, y que habitualmente custodia los rosarios que muchos peregrinos abandonan con confianza en sus manos, también ha resultado dañada. 

En estas capillas se consumen 380 toneladas de velas cada año y, según detalla el propio Santuario en un comunicado, la reconstrucción de lo dañado implica un desembolso de algo más de 1,5 millones de dólares.

Aunque la actividad del santuario va poco a poco recuperando su pulso después de los momentos más difíciles de la pandemia, apenas ha recuperado la mitad de sus visitantes habituales antes de 2020. 

Las peregrinaciones de las hospitalidades diocesanas de todo el mundo con enfermos apenas han comenzado a retornar al Santuario y, la mayoría de ellas, mermadas en número por precaución.