El cese al fuego definitivo anunciado por el gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) constituye un "avance enorme" y esperanzador en el camino hacia la paz definitiva en el país, aseguró el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis Augusto Castro Quiroga.
En un comunicado conjunto publicado el 22 de junio, el gobierno de Colombia y los dirigentes de las FARC aseguraron que llegaron "con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo", que se hará efectivo al mediodía del 23 de junio, en una ceremonia que se realizará en La Habana (Cuba), que ha acogido las negociaciones.
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El acuerdo, explicaron, implica "la dejación de las armas" así como "las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos".
En la ceremonia se espera que participen el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, y los representantes de los países garantes, Cuba y Noruega.
Asistirán además la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet y el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
En diálogo con ACI Prensa este miércoles 22 de junio, Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, también Arzobispo de Tunja, explicó que "no es que mañana ya se firme el proceso de paz. Lo que mañana se va a firmar solamente es el cese bilateral del fuego".
"Hay otras cositas que definir para que realmente se llegue a la firma ya completa", indicó, "pero el cese bilateral al fuego ya es un avance enorme y es un paso muy positivo que nos da esperanzas de que la paz va a ser una realidad".
Mons. Castro Quiroga destacó que la Iglesia ha permanecido cerca durante todo el proceso de diálogos de paz, iniciado por Santos en septiembre de 2012, "especialmente en lo que ha sido el contacto entre la mesa de negociaciones y las víctimas, acompañándolas, moderando los diálogos, siguiendo después de cada encuentro todo un proceso con las víctimas".
"También hemos ayudado para que la gente vaya entendiendo mejor lo que significa este proceso", dijo.
El Presidente de la CEC subrayó que el cese al fuego es solamente la "primera parte" del proceso de paz. "En la segunda parte, en cambio, todo el proceso es precisamente para corregir todo lo que ha generado la guerra, y uno de los elementos fundamentales que ha generado la guerra es la injusticia, la injusticia social".
Para enfrentar estos problemas, dijo, "tiene que haber transformaciones en el ámbito político, en el ámbito económico, en el ámbito social, en el ámbito educativo, en el ámbito cultural. Todo eso lleva a que se cree un país nuevo".
"No hay que confundir las dos partes, no hay que pedirle a esta primera parte esos cambios que son ya de la segunda parte", exhortó, pues "una cosa es hacer las paces, es decir dejar la guerra, y otra es construir la paz, que es lo que viene seguidamente a la firma de estos acuerdos de cese al fuego".
Mons. Castro Quiroga expresó su deseo de que "ambas partes cumplan, que sea una firma real, no una firma simbólica" y que "realmente se acaben las armas, se destruyan las armas y que la gente deje de sentir miedo tan tremendo, que han tenido durante tantos años".
¿Viajará el Papa a Colombia?
El Presidente de la CEC explicó que el viaje del Papa Francisco, que él augura para "el primer semestre del año entrante", no está supeditado a la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC.
"El Papa viene a Colombia para hacer una visita pastoral, haya o no haya paz", dijo. "Claro que a él le encantaría encontrar un país en paz, pero nunca puso como condición esto, porque parecería una condición casi política para ser una visita pastoral".
"La intención no es poner una condición, 'si no hay paz yo no voy', pero sí, él ha manifestado que qué lindo fuera que cuando viniera ya hubiese paz. Es diferente manifestar un deseo que poner una condición", dijo.
Trabajar todos por la paz
El Arzobispo de Tunja señaló que, tras el cese al fuego, "toca efectivamente ponernos todos a trabajar en torno a esa segunda fase" de justicia social.
"El transformar este país curando todo lo que generó la guerra, eso dura años, pero hay que hacerlo y en eso tenemos que colaborar todos. Porque el asunto no es solamente político, es también espiritual, es también cultural, es también ético".
"Basta pensar en el grado de corrupción que hay en nuestro país", advirtió el Prelado, pues "si eso no se controla, puede acabarse también la paz".
"Todos estamos metidos dentro de este trabajo, cada uno en su ámbito, pero todos mirando a reconstruir un país que necesita vivir como hermanos que se aman, no como lobos que se despedazan".
El Presidente de la CEC destacó que, para construir una paz duradera, "necesitamos una mayor justicia social", así como "purificar el corazón", pues "hay mucha gente todavía con odios, con un deseo de venganza, con resentimiento".
"Y naturalmente que todos estos guerrilleros, de los jóvenes y los demás, vayan entrando en un proceso de inserción positiva en la sociedad, humanizándose. Porque la guerra deshumaniza", resaltó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de mayo de 2016