El Tercer Domingo de Adviento lleva el nombre de “Domingo de Gaudete”, o “Domingo de la Alegría”. Se denomina así ya que la tercera semana de Adviento parece despertar naturalmente una sensación de ‘cercanía’, de que el más grande acontecimiento está ‘pronto’ a suceder. Es esa experiencia del ‘falta poco’, por la que los corazones se animan, pues el trecho mayor ya ha sido recorrido. La liturgia se encargará de recoger este sentir: la primera palabra que se dice en el introito de la Misa es precisamente “Gaudete", es decir, “¡Regocíjense!”.

En la celebración eucarística del día, el sacerdote ha de revestirse con una casulla de color rosa como signo de gozo, y la Iglesia invita a los fieles a profundizar en el deseo de conversión, porque el Señor ha de llegar y todo debe estar bien dispuesto. De manera coincidente, tanto en los templos como en los hogares se enciende la tercera vela de la corona de Adviento, la vela distinta, la única de color rosado.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

El color rosa -asociado a la belleza y a la serena alegría- produce un contraste en la liturgia, en la que ha estado primando el violeta (morado) como signo de austeridad (actitud espiritual propia de las semanas de preparación para la Navidad). El color violeta ha de volver para el cuarto domingo de Adviento. En ese sentido, el rosa podría entenderse como un “ya, pero todavía no”, propicio para renovar esfuerzos o tomar aliento en el camino de conversión personal.

La lectura del Evangelio nos transmite esa sensación de cercanía cuando escuchamos a Juan el Bautista, ‘voz que clama en el desierto’. Es él el llamado a allanar el camino del Salvador. Hagamos lo propio en nuestras vidas.

Sugerencia práctica

Si te estás preguntando como los personajes del Evangelio de hoy: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?”, te recomendamos que hagas la Oración Familiar para el Tercer Domingo de Adviento. En esa Oración encontrarás también la dinámica de gozo simbolizada en la vela de color rosa.

Lectura del Evangelio del Tercer Domingo de Adviento según San Lucas: 

(Lc 3, 10-18)

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”.

También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”.

Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.

Nota bene: Domingos de “Gaudete” y “Laetare

Hay dos domingos en el año en los que el celebrante (sacerdote) puede usar el color rosa en sus ornamentos. Estos son el cuarto domingo de Cuaresma (laetare) y el tercer domingo de Adviento (gaudete) debido a que, ambos tiempos litúrgicos constituyen momentos de “espera” de alrededor de cuatro semanas. En la tercera semana correspondiente, la liturgia llama a recordar con alegría la proximidad de la Pascua de Resurrección, o de la Navidad, según sea el caso.