En 1990, cuando se desempeñaba como superior de los Jesuitas en Argentina, el Papa Francisco realizó una curiosa promesa a Nuestra Señora del Carmen, que hoy sigue vigente.
Durante su pontificado, el Papa Francisco ha demostrado especial devoción por algunos santos y advocaciones marianas.
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Ejemplo de ello es la elección de su nombre en honor al Santo de Asís, o su devoción por la Virgen Desatanudos, cuya imagen está presente en su escritorio, y a quien en 2021 le rogó por el fin de la pandemia.
También se destaca su cercanía con Nuestra Señora de Fátima, a cuyo santuario peregrinó en 2017 y en 2023, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. A su protección, el Santo Padre consagró al mundo entero
Sin embargo, hay una advocación mariana a la que el Papa Francisco le hizo una curiosa promesa en 1990, en la víspera de su solemnidad.
Se trata de Nuestra Señora del Carmen, cuya devoción se extiende a Europa y América, y en muchos países es patrona del mar, de los marineros, de las Fuerzas Armadas, de la Policía y del Ejército.
En Argentina, fue nombrada por el General San Martín como Patrona y Generala del Ejército de Los Andes, que liberó a Argentina, Chile y Perú.
En una entrevista concedida en 2015 al periódico argentino La Voz del Pueblo, el Papa Francisco aseguró que aún mantiene viva la promesa realizada a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990, por la cual no ve televisión.
“Televisión no veo desde el año 1990. Es una promesa que le hice a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990”, recordó.
Consultado sobre los motivos, aclaró que no hay una razón en particular: “Me dije ‘esto no es para mí’”, reconoció, y aclaró que ni siquiera ve los partidos de San Lorenzo, el club de fútbol del que es simpatizante.
El Pontífice aseguró que está al tanto de la actualidad de su equipo porque “hay un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla” [de posiciones].
También mencionó su promesa en diálogo con el Diario El País, de España. “Yo no veo televisión simplemente porque en un momento sentí que Dios me pidió eso; un 16 de julio del ’90 hice esa promesa, y no me falta”.
Sin embargo, aclaró: “No ver televisión no me quitó comunicarme. No ver la televisión fue una opción personal, nada más. Pero la comunicación es divina. Dios se comunica”.
“Dios se comunicó con nosotros a través de la historia. Dios no quedó aislado. Es un Dios que se comunica, y nos habló, y nos acompañó, y nos retó [reprendió], y nos hizo cambiar de ruta, y nos sigue acompañando”, resaltó.
“Le tengo un poco de miedo cuando los medios de comunicación no pueden expresarse con la ética que les es propia. Por ejemplo, hay modos de comunicarse que no ayudan, que desayudan a la unidad”, reflexionó.
“Pongo un ejemplo sencillo. Una familia que está cenando y no hablan, o miran la televisión o los chicos están con su teléfono mandando mensajes a otros que están fuera. Cuando la comunicación pierde lo carnal, lo humano, y se vuelve líquida, es peligrosa”, advirtió.
En 2020, en el marco de la Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, el Santo Padre animó a los fieles a rezar a esta advocación para que nos ayude a no mentir ni criticar.
A través de su cuenta de Twitter, invitó a rezar: “Madre nuestra, ayúdanos a tener manos inocentes y corazón puro, a no mentir ni hablar en detrimento del prójimo. Así podremos subir al monte del Señor y obtener su bendición, su justicia, su salvación”.
Esta noticia se publicó originalmente el 16 de julio de 2023. Ha sido actualizada para su republicación.