Cada 29 de enero recordamos al Beato Bronislao (Bronislaw) Markiewicz, sacerdote polaco, fundador de la Congregación de San Miguel Arcángel (Congregatio Sancti Michaëlis Archangeli), vinculada a la familia salesiana, la Pía Sociedad de San Francisco de Sales.
La espiritualidad de la Congregación se resume en dos hermosos lemas: “¡Quién como Dios!” -el grito de San Miguel- y “¡Templanza y trabajo!”. Sus integrantes, inspirados en el testimonio y la enseñanza de San Juan Bosco, se dedican de manera especial a la recuperación y formación de la niñez y juventud abandonadas.
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San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla
Bronislao Markiewicz nació el 13 de julio de 1842 en Galitzia, región del sur de Polonia. Fue el sexto de once hijos, todos integrantes de una devota familia de clase media baja.
Ingresó al Seminario Mayor de Przemysl en 1863, de donde egresaría cuatro años más tarde para ser ordenado sacerdote.
Markiewicz fue considerado siempre un hombre fuera de lo común, muy entregado al servicio apostólico, humilde, un buscador empedernido del consejo de quienes sirven a Dios fielmente. Fomentó la devoción a la Eucaristía y la piedad filial a la Virgen Santísima. De forma semejante alentó la devoción a San Miguel Arcángel, a quien eligió como su protector en la lucha diaria contra el mal. El P. Markiewicz consagró su sociedad al Arcángel San Miguel y lo nombró patrono de sus hijos espirituales.
Tras las huellas de San Juan Bosco
Luego de algunos años como vicario y párroco, el P. Markiewicz fue descubriendo un llamado particular a la vida religiosa. En noviembre de 1885 partió hacia Italia para formarse con los salesianos. Allí tuvo la oportunidad de conocer a Don Bosco, quien le tomaría los votos religiosos el 25 de marzo de 1887.
En 1892 regresó a Polonia como salesiano y fue nombrado párroco de Miejsce, Galitzia, donde se dio por entero al servicio de la juventud polaca pobre y abandonada. Algunas de las necesidades que más preocuparon al Beato Markiewicz fueron la protección y defensa de la fe y la moral cristianas, constantemente atacadas por la cultura secular.
El párroco había percibido con claridad la falta de formación entre los católicos y los numerosos peligros que afronta la fe en los tiempos modernos. Para responder con eficacia a estos retos, promovió la vivencia radical de la espiritualidad de Don Bosco. La fundación de la sociedad llamada “Templanza y trabajo” fue el fruto más evidente de este propósito.
Legado
El P. Bronislao Markiewicz falleció el 29 de enero de 1912, a los 69 años, en Miejsce Piastowe, Imperio austrohúngaro (Estado que duró de 1867-1918).
Nueve años después de su muerte, el 29 de enero de 1912, las ramas masculina y femenina de la Sociedad fueron reconocidas oficialmente por la Iglesia, dando origen a las dos congregaciones que hoy conocemos, consagradas bajo la protección de Miguel, Jefe de los Ejércitos Celestiales. A sus miembros se les conoce como “miguelinos”.
El Papa Benedicto XVI proclamó beato al padre Markiewicz el 19 de junio de 2005.