La semana pasada varios grupos proaborto elogiaron al Gobierno de Joe Biden por reconsiderar las restricciones federales existentes en torno al tratamiento de las píldoras abortivas en los Estados Unidos.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) indicó el viernes 7 de mayo que estaba "emocionado" de que la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) estuviera revisando las restricciones sobre el tratamiento que han estado vigentes desde el año 2000.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La FDA ha exigido durante mucho tiempo que las píldoras abortivas se administren en persona al interior de una clínica, pero los grupos proaborto han presionado recientemente para que la píldora se recete de forma remota y se distribuya por correo.
En su declaración en Twitter, ACOG apoyó la "revisión basada en evidencia" de la FDA sobre regulaciones "onerosas" e "innecesarias".
"Confiamos en que debido al compromiso de la FDA con la toma de decisiones regulatorias que refleje la ciencia y la atención centrada en el paciente, las restricciones innecesarias sobre la mifepristona pronto terminarán y los pacientes tendrán un acceso menos restrictivo a la atención médica para el aborto y el aborto espontáneo", afirmó ACOG en Twitter.
El grupo laicista Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) calificó la revisión como "muy atrasada, pero un gran avance". El grupo, en nombre de ACOG y otros grupos proaborto, demandó el año pasado al Gobierno de Donald Trump por dejar en vigor las restricciones de la píldora abortiva durante la pandemia.
Desde que aprobó el régimen de píldoras abortivas en 2000, la FDA ha incluido el protocolo en su lista "REMS" (Estrategias de evaluación y mitigación de riesgos), reservada para procedimientos de mayor riesgo. Según la clasificación, el tratamiento de píldoras abortivas debe ser recetado por un proveedor de salud certificado y dispensado en persona en una clínica.
El tratamiento involucra a mujeres que toman mifepristona -que bloquea los nutrientes al feto-, hasta los 70 días de gestación. A esto le sigue una dosis de misoprostol de 24 a 48 horas después, para expulsar al feto fallecido.
El año pasado, un juez federal se puso del lado de los grupos proaborto, bloqueando los requisitos de dispensación presencial de la FDA durante la pandemia. La Corte Suprema de Estados Unidos finalmente se puso del lado del Gobierno de Trump, lo que les permitió continuar con las restricciones sobre los abortos químicos.
En abril, el comisionado interino de la FDA dijo que la agencia permitiría la dispensación remota de la píldora abortiva durante la pandemia al no hacer cumplir sus regulaciones.
Sin embargo, ahora la agencia está revisando sus regulaciones con la perspectiva de modificarlas más allá de la pandemia.
El viernes 7 de mayo, tanto el Gobierno de Biden como los grupos que desafiaron las regulaciones de la FDA solicitaron conjuntamente una suspensión del caso hasta el 1 de diciembre, debido a la revisión en curso de la FDA de sus regulaciones.
El nuevo secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, ha dicho que no solo apoya el levantamiento de las regulaciones durante la pandemia, sino que agregó en su audiencia de confirmación que favorece un mayor uso de la telemedicina, en respuesta a una pregunta sobre el régimen de la píldora abortiva.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.