La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) hizo un llamado a los líderes políticos y religiosos de Nigeria para que condenen el asesinato de Deborah Yakubu, joven cristiana lapidada y quemada el jueves 12 de mayo por extremistas musulmanes.
He has a face, so should be easy to identify having admitted on video, claiming to have set Deborah on fire in Sokoto.
- Káyọ̀dé Ògúndámisí ?? (@ogundamisi) May 12, 2022
I'm trusting @SpeakerTambuwal and @PoliceNG to announce his arrest and that of other accomplices in a matter of days for prosecution.
No excuses. pic.twitter.com/j7F2Moeinc
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"Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de Deborah y toda la comunidad cristiana de Sokoto. Al mismo tiempo, hacemos un llamado a todos los líderes políticos y religiosos del país para que condenen firme y explícitamente este ataque de extremismo religioso", expresó Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de ACN.
Yakubu fue lapidada y posteriormente quemada en la Facultad de Educación Shehu Shagari, Sokoto, en el norte de Nigeria. Según sus verdugos, la joven había compartido durante el Ramadán –el mes sagrado de los musulmanes que culminó el 1 de mayo–, un audio en WhatsApp en el que supuestamente hablaba mal de Mahoma, por lo que la acusaron de blasfemia.
En esos días el centro de estudios había estado cerrado por descanso. Cuando se reanudaron las clases, un grupo de estudiantes esperaron y atacaron a Deborah, la apedrearon y posteriormente prendieron fuego a su cuerpo. La facultad fue clausurada por orden del Gobierno del Estado de Sokoto.
En una nota difundida por ACN, Heine-Geldern señaló que la fundación pontificia "denuncia este nuevo acto de violencia", y alertó que "la situación de extremismo y violencia en el país en los últimos años es terrible, escalofriante. Casi cada semana hay raptos y decenas de muertos, pero este acto barbárico nos deja sin palabras".
El director ejecutivo de ACN señaló que "el extremismo religioso que tan bien conocemos por Boko Haram y que se ha cobrado tantas muertes inocentes, parece estar extendiéndose y polarizando cada vez más partes de la sociedad".
"Existe una grave crisis de libertad religiosa y no sólo de la mano de actores terroristas. El Gobierno de Nigeria debe replantearse seriamente a dónde está arrastrando a su país la violencia y cómo defender los derechos de todos los ciudadanos", indicó.
ACN señaló que "desde 1999, doce estados del norte de Nigeria han adoptado códigos penales de la sharía [ley islámica] que funcionan de forma paralela a los tribunales seculares y consuetudinarios".
"Muchas leyes de la sharía en el norte de Nigeria incluyen castigos muy severos para la blasfemia, hasta la pena de muerte. Sin embargo, la sharía asegura al menos un proceso reglamentado, sin recurrir a linchamiento y ejecución sumaria, como ha sido el terrible caso en Sokoto que no es el primero en el país", indicó la fundación pontificia.
Según el último Informe sobre Libertad Religiosa de ACN, "después de 20 años de sharía, la situación en el norte de Nigeria ha empeorado. La etnia y la religión se han convertido en un medio eficaz para conseguir poder, recursos y privilegios". De acuerdo al reporte, la ley islámica ha dividido aún más el país.
Por su parte, el Obispo de la Diócesis de Sokoto, Mons. Matthew Hassan Kukah, condenó el asesinato de Deborah Yakubu y pidió a las autoridades investigar "el incidente para determinar la causa de la acción y llevar a los autores del acto ante la justicia".
ACN indicó que el Prelado, quien promueve el diálogo interreligioso en su diócesis, "recordó que los cristianos han estado viviendo en paz con sus vecinos musulmanes en Sokoto a lo largo de los años" y llamó a "mantener la calma y esperar la acción de la justicia".