La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) alertó de que la violencia yihadista continúa propagándose en África y que desde noviembre de 2022 se ha expandido en el norte de Benín, nación ubicada en el oeste del continente.
Hasta el momento, el terrorismo islámico se había propagado en países del noroeste africano, como Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria.
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Debido a la amenaza terrorista, la Iglesia en el norte de Benín también ve limitada su labor pastoral, indicó ACN el 21 de diciembre, poniendo como ejemplo el caso de las religiosas del convento de Nuestra Señora de la Escucha.
La fundación informó con "gran dolor y pesadumbre", que en el 2022 las benedictinas fueron obligadas a abandonar su monasterio de forma indefinida y se trasladaron a Parakou, en el centro del país.
"Éramos conscientes de ser un objetivo prioritario, pues somos siete religiosas con muchos factores en nuestra contra: extranjeras, blancas y mujeres", explicó la Hna. Ana, socia de proyectos de ACN.
La Diócesis de Natitingou, donde está el monasterio benedictino, se encuentra a 100 kilómetros de la frontera septentrional del país, limitando con Burkina Faso.
A finales del año pasado, a las religiosas les advirtieron del creciente riesgo de secuestro de extranjeros en la región.
La propagación de la violencia y la inseguridad obstaculizan el crecimiento de la joven Diócesis de Natitingou, creada apenas 80 años atrás. Benín mismo recibió a sus primeros misioneros hace 160 años.
En la actualidad, solo un 25% de la población es católica.