Cuando uno piensa en un convento, tiende a imaginarse una construcción conformada por un claustro, patios, una capilla y otros espacios. Este no es el caso de un grupo de frailes franciscanos en el sur de Italia, que ha adaptado para su uso unos vagones de tren.
El convento de los Frailes Menores Renovados, conocido como "la estación del alma", está ubicado en el barrio de Scampia, una de las zonas más peligrosas y pobres de la ciudad de Nápoles.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
FOTOGALLERY Cinque vagoni trasformati in convento. Napoli, frati in treno: la stazione dell'anima https://t.co/5g37FipFSy pic.twitter.com/KUwqotR84C
- Famiglia Cristiana (@fam_cristiana) 30 de julio de 2017
En el recinto hay cinco vagones que son utilizados como claustro, capilla y espacios comunes. También hay un jardín, un contenedor que fue acondicionado para recibir a las visitas, y un taller.
El superior del convento, Fray Carlo, dijo al diario Corriere del Mezzogiorno que estos vagones "fueron donados por la Ferroviaria Estatal, que los colocó con unas grúas en este terreno que nos regaló un campesino".
"Nosotros no elegimos vivir en los vagones, ni fue algo programado. Cuando llegamos aquí esperábamos unos contenedores y mientras aguardábamos, acondicionamos estos vagones abandonados que datan de la década de 1940. Era una situación provisional, pero se volvió nuestro estilo de vida", dijo a la cadena de televisión italiana Rai1 otro de los frailes.
Fray Carlo indicó que los ocho religiosos de la comunidad "no usamos dinero, tratamos de sobrevivir gracias a la generosidad de los napolitanos que nos traen comida y nosotros damos lo que nos sobra a los necesitados".
En declaraciones al diario Famiglia Cristiana, Fray Carlo indicó que "el tren representa el camino itinerante, pero también la simplicidad y la precariedad".
"Con estos valores buscamos recuperar la espiritualidad y las enseñanzas de San Francisco. También como viajamos constantemente, porque nada es nuestro, no podemos echar raíces en nada", agregó.
Como parte de su apostolado, los Frailes Menores Renovados colaboran con una parroquia de la zona donde celebran misas, visitan hospitales, cárceles y casas.
"Aquí siempre viene gente, vienen y toman lo que les sirve. También algunos de nuestros frailes salen a caminar por el barrio y conocen la realidad de la gente que viene aquí. Nosotros tratamos de darles consuelo y hablar con ellos. Especialmente buscamos escucharlos y hacer que ellos vean la vida con ojos más cristianos", expresó el superior de la comunidad.
El superior comentó que "cuando las personas vienen aquí suelen exclamar: '¡Oh, cuánta paz!'", añadió.
Fray Carlo dijo al Corriere del Mezzogiorno que en el barrio de Scampia "la degradación y la vinculación con el crimen son muy intensos. Sin embargo, muchos fieles están dispuestos a rebelarse y vienen a buscarnos para tener consuelo. A algunos les gustaría salir del 'sistema', pero pocos tienen éxito porque están muy involucrados".
La orden de los Frailes Menores Renovados está presente en otras partes de Italia y en países como Colombia y Tanzania.