En la fiesta en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo en Chile, el Arzobispo de La Serena, Mons. René Rebolledo, pidió la ayuda de la Madre para reconstruir la vida y levantarse tras las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
"Madre de Andacollo: Protégenos, fortalécenos y acompáñanos, porque bajo tu manto, nada hay que temer", fue el lema que alentó la novena y celebración sin presencia de fieles, transmitida por las redes sociales, distintas parroquias y medios de comunicación.
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Al presidir la Eucaristía el 4 de cotubre, el Arzobispo de La Serena, Mons. René Rebolledo, recordó a los más de cien mil peregrinos y devotos de los bailes religiosos que llegan cada año a saludar a la Virgen de Andacollo o "Chinita" como le llaman de cariño.
"Los imaginamos danzando, rezando, manifestándole aprecio a la Chinita, el día de hoy lo hacen desde sus casas, preparando altares y confesando su fe desde sus hogares, conectados en comunión a través de los medios de comunicación social y plataformas digitales", dijo Mons. Rebolledo.
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La Virgen María señala a su hijo Jesús "como nuestra esperanza. Confiados en Él y en nuestra Madre esperamos afrontar en la fe la angustia que a todos nos provoca este enorme mal, la pandemia que nos ha sobrevenido dejando huellas profundas de dolor".
"En Cristo y su Madre también nos confiamos ante las situaciones de angustia cotidiana que viven, particularmente, los más pobres y vulnerables", agregó.
En ese sentido, Mons. Rebolledo alentó a seguir en el camino de fe "en el nombre del Señor. Reafirmamos, una vez más, la absoluta convicción de que con Él podemos recuperarnos de esta tragedia de la pandemia, de reconstruir nuestras vidas y levantar a los que han vivido más fuertemente sus consecuencias".
Asimismo reconoció las expresiones de solidaridad "que se han multiplicado en todo el mundo en este tiempo de pandemia. ¡Cuánta entrega generosa de las familias y el personal sanitario para atender a los enfermos por el COVID-19! ¡Como se desviven miles y miles de personas, entregando su propia vida para que otros puedan recuperarse del contagio y seguir viviendo! ¡Ofrecen, en verdad, su propia vida!".
"Impresiona, de igual modo, la entrega desinteresada de numerosas instituciones de gobierno, civiles y también eclesiales, todas ellas aportando a aliviar tanto dolor, también en numerosos programas sociales y de ayuda a los más necesitados", enfatizó.
Virgen de Andacollo
En la página web de la Arquidiócesis de La Serena se explica que tras la devastación de la ciudad de La Serena en 1549, por un incendio causado por una rebelión de los nativos de la zona de Copiapó; los españoles huyeron rumbo al sur buscando refugio.
Al subir una montaña y ver un pequeño asentamiento indígena de origen molle con influencia incaica, los españoles ocultaron la imagen mariana en el terreno.
Un indio de la zona llamado Collo, encontró la imagen y habría escuchado una voz que le decía "Anda, Collo, invita a tu pueblo a conocerme y a conocer el verdadero Dios".
El indio tomó la imagen y la llevó a su casa para rendirle culto como la Pachamama (madre tierra), desde entonces los lugareños comenzaron a ofrecer sus danzas.
Atraídos por el oro, los españoles regresaron al lugar y construyeron una capilla mariana, por orden de Don Juan Gaytán de Mendoza.
En 1869, el Obispo de entonces, Mons. José Manuel Orrego, ordenó la construcción de un templo mayor para acoger la creciente participación de peregrinos.
Con la ayuda de los padres dominicos, las faenas se extendieron por veinte años y la inauguración del templo se realizó el 26 de diciembre de 1893.
La Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Andacollo se celebra el primer domingo de octubre y el 26 de diciembre.