La religiosa albanesa Marije Kaleta, que inspiró al Papa Francisco por su valiente demostración de fe al bautizar bebés en medio de la persecución comunista, murió a la edad de 92 años el domingo 2 de enero.
La monja también arriesgó su vida para llevar la Sagrada Comunión a los enfermos y moribundos bajo el régimen del dictador Enver Hoxha, cuyo gobierno comunista destruyó iglesias y martirizó a los católicos en su esfuerzo por crear un estado ateo.
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Albania es un país de 2.8 millones de habitantes en la península balcánica del sureste de Europa, bordeado por Montenegro, Kosovo, Macedonia del Norte y Grecia. Estuvo bajo el régimen comunista desde la década de 1940 hasta 1992.
Durante un encuentro con el Papa Francisco en Albania en 2014, la religiosa de la Congregación de las Hermanas Estigmatinas compartió la historia de cómo bautizaba a los bebés en secreto durante este tiempo de persecución.
El Papa Francisco quedó tan conmovido por la historia de Kaleta que la mencionó en una homilía cuatro años después como "un hermoso ejemplo de la Iglesia como madre".
"Bauticé no solo a los niños de los pueblos, sino también a todos los que se presentaron en mi puerta", dijo Kaleta al Papa en la Catedral de San Pablo de Tirana, capital de Albania.
Recordó que una vez, cuando se dirigía a su casa, escuchó una voz detrás de ella. "Era una mujer con una niña en brazos que vino corriendo hacia mí y me pidió que la bautizara", contó.
La religiosa dijo que sintió algo de miedo porque sabía que esa mujer era comunista.
"Le dije que no tenía con qué bautizarla porque estábamos en el camino, pero expresó tanto deseo que me dijo que había un canal con agua cerca", relató.
"Le dije que no tenía con qué recoger el agua, pero ella insistió en que bautizara a esa niña, y viendo su fe, me quité el zapato, que era de plástico, y lo llené con agua del canal y la bauticé", añadió.
Marije Kaleta nació el 10 de noviembre de 1929 en Nënshat, en el norte de Albania. Sintió la llamada a la vida religiosa a una edad temprana. Gracias a la ayuda de su tío, que era sacerdote, encontró su vocación en las Hermanas Estigmatinas.
Ingresó al convento en la década de 1940, sin saber en ese momento que tendría que esperar casi 50 años antes de poder hacer sus votos perpetuos.
El régimen comunista la obligó a regresar a casa de sus padres siete años después de ingresar al convento. Tras la muerte de sus padres, vivió sola y aprendió "a mantener viva la fe en el corazón de los fieles, aunque en secreto".
"Gracias al consentimiento de los sacerdotes, guardé el Santísimo Sacramento en un gabinete en mi casa y lo llevé a los enfermos y moribundos", dijo.
Kaleta pudo hacer sus votos perpetuos en 1991, cuando el régimen comunista estaba llegando a su fin en Albania.
"Cuando pienso en ello, me pregunto cómo pudimos soportar sufrimientos tan terribles, pero sé que el Señor nos dio fuerza, paciencia y esperanza", dijo.
"El Señor dio fuerza a los que llamó, de hecho me ha pagado todos mis sufrimientos aquí en la tierra", agregó, y afirmó que "tuvo la fortuna de convertirse en religiosa".
La hermana Kaleta murió el 2 de enero de 2022 en su convento en Shkodër, al norte de Albania.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.