Félix Maradiaga, ex preso político que ahora vive exiliado en Estados Unidos, explicó por qué cree que Mons. Rolando Álvarez, obispo condenado a 26 años y 4 meses de cárcel, decidió quedarse en Nicaragua y no ser deportado a Estados Unidos.
En entrevista con ACI Prensa y EWTN, Maradiaga dijo sentirse edificado por "ver el ejemplo de un obispo que lo ha entregado absolutamente todo por la libertad de su pueblo".
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El 10 de febrero de 2023, Mons. Rolando Álvarez fue condenado tras ser acusado injustamente de "traidor a la patria" debido a sus críticas a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Un día antes, el obispo rechazó ser parte de los 222 presos políticos, entre ellos sacerdotes y seminaristas, que fueron deportados a Estados Unidos.
"Monseñor Álvarez perfectamente se pudo haber montado en ese avión con todos nosotros el 9 de febrero, cuando fuimos desterrados de Nicaragua, expulsados", relató Maradiaga.
"Rehusó hacerlo porque no podía dejar a su pueblo atrás. Porque tenía que dar un ejemplo, un testimonio de sacrificio a gente que aún está en las cárceles".
El ex preso político comentó que entonces el obispo afirmó: "No voy a irme hasta que no estén todos los presos libres".
"Es un acto supremo de sacrificio. Ese ejemplo debe ser escuchado por todo el mundo", subrayó Maradiaga, recordando que son 37 presos políticos los que aún están en las cárceles del país.
Félix Maradiaga indicó, además, que la libertad del Obispo de Matagalpa "es una obligación de todos los defensores de derechos humanos en cualquier rincón del planeta Tierra" y que "no es un asunto únicamente religioso".
"Es una obligación ética y moral de todos los gobiernos de Latinoamérica y del mundo, no sólo de Estados Unidos, también de Europa y de los organismos defensores de Derechos Humanos", agregó.
¿Cómo están los deportados en Estados Unidos?
Maradiaga explicó en la entrevista con ACI Prensa que los 222 deportados provenían de 11 cárceles de Nicaragua y que han sido distribuidos en 26 destinos de Estados Unidos.
De estos, 81 han aceptado la nacionalidad española y 111 tienen una situación de vulnerabilidad por salud o ancianidad. Y es que, además de ser expulsados del país, a todos se les despojó de su nacionalidad.
"Se ha presentado una solicitud al Congreso de Estados Unidos para que otorgue una ley especial de protección a este grupo de 222 y nos han respondido afirmativamente. Hay bastante voluntad política para un mecanismo especial de protección, porque lo que tenemos en este momento es únicamente una medida humanitaria que aún no es un asilo político. Esa es la situación", detalló.
La Pascua en el exilio
"El Domingo de Resurrección del año pasado, junto a otros hermanos presos políticos en (la cárcel) El Chipote, vivimos una Semana Santa muy difícil encerrados en esas celdas inhumanas", recordó Maradiaga en un mensaje enviado a ACI Prensa el 9 de abril.
Los días en la cárcel eran duros porque debían rezar en silencio, "casi en secreto, ya que no era permitido por los carceleros alabar a Dios en voz alta".
Sin embargo, "teníamos la fe de que pronto podríamos alabar a Dios fuera de esas rejas", continuó.
Este "9 de abril, que es Pascua de Resurrección, celebro dos meses de haber abrazado en libertad a mi esposa Berta, a mi hija Alejandra y a mi madre Carmen", prosiguió.
"Por eso doy gloria a Dios por lo que considero un milagro. Le ofrezco a Él mi libertad como instrumento y como ofrenda de gratitud, para que sea usada conforme a Su voluntad".
Para concluir, Maradiaga animó a no olvidar "nunca que Dios puede obrar cosas extraordinarias para Nicaragua y para nuestras familias. Evidentemente Dios actúa a través de las personas, pero sus tiempos son perfectos".