Un nuevo estudio, de dos países europeos (Francia y Alemania) y dos latinoamericanos (Colombia y México), encontró que debido a la creciente intolerancia secular, la libertad de expresión de los cristianos se ha visto comprometida y estos tienden a la autocensura.
OIDAC Europa, su socio latinoamericano OLIRE y el Instituto Internacional para la Libertad Religiosa (IIRF) presentaron el 10 de junio, en Viena (Austria), un informe conjunto que resume los resultados de cuatro estudios de caso –uno de cada país–, realizados en un periodo de 10 años a través de entrevistas con cristianos practicantes.
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Madeleine Enzlberger, directora ejecutiva de OIDAC Europa, dijo durante la presentación que "uno de los hallazgos más preocupantes y trágicos de este informe es que si los costos sociales de seguir tu creencia y expresarla se vuelven demasiado altos, la gente finalmente abandonará su creencia".
"Y son especialmente las personas más jóvenes y sin educación cuya fe está en riesgo aquí", subrayó.
Francia y Alemania fueron elegidos como ejemplos de países europeos con un grado avanzado de secularización. Mientras que México y Colombia enfrentan desafíos muy similares a los de los países europeos.
Friederike Boellmann, una de las tres autoras del informe, dijo que "fue sorprendente encontrar que el caso alemán revela que las universidades son el entorno más hostil. Y el mayor grado de autocensura lo encontré en mi investigación en el ámbito académico".
Resumiendo los casos de México y Colombia, Teresa Flores, directora de OLIRE, concluyó que "el fenómeno de la autocensura no solo se configura cuando un cristiano no manifiesta abiertamente su fe, sino que también se refiere a situaciones en las que los cristianos no pueden expresar sus puntos de vista basados en la fe sobre temas controvertidos".
"La investigación revela que la presión social también es un factor muy influyente de autocensura", aseguró.
Simon Calvert, del Instituto Cristiano (Reino Unido), contó que una de las preguntas más comunes que hacen los cristianos es: "¿Puedo decir X?"; "¿Es legal para mí expresar un punto de vista cristiano sobre el aborto o la sexualidad y el género?".
Otras preguntas que hacen los cristianos son: "¿Existen leyes que nos impidan expresar una opinión cristiana sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo o sobre el género?"
"Ese es el nivel de autocensura que hemos alcanzado donde la gente piensa que de alguna manera debe ser contra la ley expresar estos puntos de vista y por supuesto que no lo es", dijo Calvert.
Enzlberger agregó que "estos hallazgos no deberían conducir al miedo, la división o el resentimiento, sino más bien a una mejor comprensión de cuánto necesitamos una sociedad pluralista, donde todos puedan hablar sin temor a las repercusiones y vivir su fe sin ser discriminados".
Para descargar el informe completo ingrese AQUÍ.