Con el aumento de las pruebas de detección prenatal en Europa y Estados Unidos, el número de bebés nacidos con Síndrome de Down ha disminuido considerablemente, sin embargo, pocos países están tan cerca de exterminar a esta población como Islandia.
Según un informe presentado por la cadena CBS, a principios del 2000 fueron introducidas las pruebas de detección prenatal en Islandia, y desde entonces, la gran mayoría de mujeres –cerca del 100%– que recibe la noticia de llevar en su vientre un bebé con Síndrome de Down decide abortarlo.
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"Islandia no está eliminando el Síndrome de Down. Están matando a todo el mundo que lo tiene. Gran diferencia", criticó a través de su cuenta de Twitter la actriz estadounidense Patricia Heaton, conocida por ser una de las protagonistas de la comedia The Middle.
"No hay nada que celebrar en la 'erradicación' de Islandia de los bebés nacidos con Síndrome de Down a través del aborto" porque "el Síndrome de Down no es una sentencia de muerte y es monstruoso sugerir lo contrario", dijo a CNA –agencia del Grupo ACI en inglés– Jor-El Godsey, presidente de Heartbeat International , una red de 1.800 centros provida que asesoran a mujeres embarazadas.
La ley en Islandia permite el aborto después de 16 semanas si el no nacido tiene una deformidad, y el Síndrome de Down se incluye en esa categoría.
La población de Islandia es de aproximadamente 330.000 personas y tiene en promedio de apenas uno o dos niños nacidos con Síndrome de Down al año, que vienen al mundo luego que sus padres reciben resultados de pruebas inexactas.
Si bien las pruebas prenatales son opcionales, el gobierno declara que todas las mujeres embarazadas deben estar informadas.
Según el Hospital Universitario Landspitali en Reykjavik, alrededor del 80 al 85% de las mujeres embarazadas optan por tomar la prueba prenatal que puede detectar el Síndrome de Down con un 85% de precisión.
"Los bebés con Síndrome de Down siguen naciendo en Islandia. Algunos de ellos fueron considerados de 'bajo riesgo' en nuestra prueba de detección, por lo que no los encontramos en nuestro examen", explicó Hulda Hjartardottir, jefa de la Unidad de Diagnóstico Prenatal del Hospital Universitario Landspitali, donde nacen alrededor del 70% de los niños islandeses.
La situación de Islandia se está replicando en otros países, que tienen cifras casi similares. Según los datos más recientes disponibles, los Estados Unidos tienen una tasa de abortos de Síndrome de Down de 67% (1995-2011); en Francia es del 77% (2015); y Dinamarca de 98% (2015).
El artículo de CBS también incluyó una discusión de los dilemas éticos que presentan el examen prenatal y el aborto de bebés con Síndrome de Down.
Kari Stefansson, genetista y fundador de CODE Genetics, una compañía que ha estudiado casi todos los genomas de la población islandesa, señaló que no cree "que haya nada malo en aspirar a tener hijos sanos", sin embargo, saber "cuán lejos debemos ir en la búsqueda de esos objetivos es una decisión bastante complicada".
"Tratamos de hacer el asesoramiento neutral posible, pero algunas personas dirían que solo ofrecer la prueba es señalar hacia una dirección determinada", añadió Hjartardottir.
Sin embargo, Helga Sol Olafsdottir, consejera de embarazos del Hospital Universitario Landspitali, indicó que claramente ellos no consideran "el aborto como un asesinato", sino como algo que "terminan".
"Una posible vida que puede haber tenido una complicación enorme. Prevenir el sufrimiento para el niño y para la familia. Creo que eso es más correcto que verlo como un asesinato, tan blanco y negro. La vida no es blanco y negro, la vida es gris", aseguró.
El artículo también admite que mientras que las personas nacidas con Síndrome de Down están en riesgo de varios otros problemas de salud, muchas de ellas también viven una vida plena y saludable, y son capaces de vivir de forma independiente o semi-independiente, mantener puestos de trabajo y puedes desenvolverse adecuadamente en la sociedad.
"Muchas personas nacidas con Síndrome de Down pueden vivir una vida plena y saludable, con una esperanza de vida promedio de alrededor de 60 años", indica el artículo.
Quizás el mejor argumento en contra de la "erradicación" del Síndrome de Down es Augusta, una niña cuya historia fue tomada por la CBS. Su madre, Thordis Ingadottir, tomó el examen prenatal cuando estaba embarazada, pero este no pudo detectar la condición de su niña.
Ahora, Ingadottir se ha convertido en una defensora de las personas con Síndrome de Down y espera que su hija "esté plenamente integrada en sus propios términos en esta sociedad. Ese es mi sueño".
Godsey contó a CNA que los padres cuyos hijos tienen Síndrome de Down u otras anomalías genéticas necesitan amor y apoyo, pero no el aborto.
"(Estos padres)... merecen el amor y el apoyo que beneficiarán a sus familias en crecimiento, y el aborto falla categóricamente en cumplir sus falsas promesas en beneficio de las familias, los individuos y la sociedad en su conjunto", dijo.
Finalmente, Godsey agregó que casi cualquier persona que conoce a alguien con Síndrome de Down estaría completamente en contra de su eliminación.
"Como cualquier persona que conoce a una persona con Síndrome de Down puede decirle, estas personas hermosas son una alegría absoluta a sus familias y comunidades. El mundo crece exponencialmente más pobre a medida que matamos a bebés inocentes", concluyó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 21 de marzo de 2016