En el año 2018 se reabrió la causa de beatificación de la religiosa de clausura Sor María Jesús de Ágreda, que residió durante toda su vida en España, y de quien existe una fuerte evidencia de que se habría bilocado en Estados Unidos.
La evidencia está recogida en los relatos de los indios de la tribu Jumano, que residían en el estado de Texas. Estos narraron que en la década de 1620, se les apareció en varias ocasiones una dama joven vestida de blanco con una capa azul que les hablaba en su lengua materna y los evangelizaba.
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Mons. Michael Sis, Obispo de San Angelo, en Texas, declaró en el año 2018 a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– realizadas en el año 2018, indicó que en esos momentos "ella habría tenido experiencias místicas donde venía al Nuevo Mundo, visitaba a estas personas (los indígenas) y los evangelizaba, compartiendo la fe con ellos".
"Cuando ella venía, los animaba a que fueran a las misiones donde estaban los sacerdotes franciscanos y pidieran ser bautizados", agregó el Prelado.
Según los registros de los misioneros de la zona, Sor María logró que se bautizaran cerca de 2 mil jumanos.
La religiosa nunca viajó a América, pero desde su claustro contaba que, en sus momentos de éxtasis, veía nuevas clases de plantas y animales, y vestimentas de personas.
Incluso, hablaba sobre un lugar donde dos ríos se encontraban, que coincide con la geografía de la ciudad de San Ángelo en Texas, donde confluyen las afluentes sur y central del río Concho.
Mons. Sis comentó que un "fascinante detalle" que muestra la conexión entre el lugar y sus descripciones, es que la religiosa narró haberse encontrado en una ocasión con un líder indígena que tenía un solo ojo. Curiosamente, los misioneros franciscanos manifestaron que también habían conocido a ese hombre.
En 1630 el P. Alonso Benavides, uno los misioneros, visitó a su superior en España y le contó la historia. Este lo envió al convento de Ágreda para que conociera a Sor María y allí el sacerdote pudo contrastar la versión de los indígenas con la de la religiosa española.
"Ella fue allí por primera vez en el año 1620. Desde entonces continuó con sus visitas… Ella me dio todos los signos y (declaró) que estuvo con ellos", escribió el misionero franciscano en sus memorias.
En sus propios escritos, Sor María indicó que visitó a los indígenas unas 500 veces. Las bilocaciones cesaron luego de que los jumanos recibieron los sacramentos.
En el año 1765, el Papa Clemente X la declaró Venerable y en el año 2018 se reabrió su causa de beatificación. El Vice postulador, P. Stefano M. Cecchin, viajó durante una semana a Texas para estudiar la devoción de los fieles a esta religiosa.
En declaraciones al periódico San Angelo Standard Times, afirmó que "hay muchas pruebas de que la 'Dama de Azul' (como se le conoce a Sor María de Ágreda), apareció ante la tribu de los Jumanos".
Sin embargo, el Obispo de San Angelo manifestó que "la cuestión de si ella es beatificada o canonizada no se basa realmente en la experiencia de estas apariciones. Lo importante es la virtud en su vida y sus escritos".
Uno de los textos más famosos de la Venerable Sor María de Ágreda es "La Mística Ciudad de Dios: Vida de la Virgen Madre de Dios", donde describe aspectos sobre María que le fueron revelados en oración.
La religiosa, además, mantenía una correspondencia con el rey Felipe IV, a quien le aconsejaba sobre asuntos de Estado. También, fue nombrada abadesa a los 25 años.
Mons. Sis aseguró que la vida de Sor María de Ágreda "es una hermosa experiencia histórica de evangelización y muestra la rica historia de la Iglesia Católica en esta parte del mundo. Además es un gran testamento de fe".
La "Dama Azul" nació el 2 de abril de 1602 en la localidad española de Ágreda, en la ciudad de Soria. Cuando tenía 12 años sintió el llamado a la vida consagrada y su madre, Catalina Arana, tuvo una visión en la que Dios le pedía que convirtiera su casa en un convento y que ella y sus dos hijas vivieran allí como religiosas, mientras que su esposo y los otros dos hijos debían ingresar a la orden de los franciscanos.
La familia Coronel Arana donó su casa para la nueva fundación de la Orden de la Inmaculada Concepción. El 13 de enero de 1619, María, su madre y su hermana ingresaron como religiosas. Estas monjas contemplativas, conocidas ahora como las concepcionistas, llevan un hábito blanco y una capa azul.
Sor María se destacó por sus prácticas de mortificación y oración. Mientras rezaba solía entrar en éxtasis, especialmente después de comulgar.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.