En la tarde de este martes 26 de julio, día de San Joaquín y Santa Ana y tercer día de su viaje apostólico a Canadá, el Papa Francisco participará en la tradicional peregrinación al lago de Santa Ana.
El origen de esta peregrinación, conocida como "Lac Ste Anee Pilgrimage", se remonta a 1889, y con el tiempo se ha convertido en la peregrinación anual más importante para los católicos norteamericanos.
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Alrededor de 40.000 personas acuden en julio en peregrinación a este lago que se encuentra en la región de Alberta, y que es concebido como un punto de encuentro entre los católicos e indígenas del país que buscan sanación y consuelo espiritual.
Cabe destacar que el lugar de peregrinación había sido concebido como algo sagrado para los pueblos indígenas y era conocido como lugar de curación al que llamaban "lago de Dios".
Más tarde, el lago fue llamado "Lac Ste Anne" por el P. Jean-Baptiste Thibault, el primer sacerdote católico que estableció una misión en el lugar, en honor a la abuela de Jesús.
Posteriormente, los misioneros Oblatos de María Inmaculada fueron quienes organizaron la primera peregrinación a este lago, después de que uno de sus misioneros, el sacerdote Lestanc, visitara el santuario de Ste Anne d'Auray en Francia.
Según cuenta la historia, este sacerdote tuvo allí una revelación divina y comprendió que debía construir un santuario en honor de Santa Ana junto a este lago para convertirlo en un lugar de peregrinación.
A su regreso, no perdió tiempo en llevar a cabo lo que Dios le había revelado. La primera peregrinación se celebró en 1889 con la asistencia de varios cientos de personas y pronto se convirtió en un acontecimiento anual.
Además, este lago, desde donde el Papa Francisco también presidirá la Liturgia de la Palabra, fue declarado lugar de protección histórico nacional por el Gobierno de Canadá en 2004.