Este jueves 10 de septiembre comienza el debate y se someterá a votación en el Congreso de los Diputados de España la ley de la eutanasia, después de que se aprobara en febrero su toma en consideración.
La actividad del Congreso se vio interrumpida por la pandemia de coronavirus, pero el plan del gobierno era que estuviera aprobada para el mes de junio de este año.
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El pasado 11 de febrero se aprobó la toma en consideración de esta ley que fue presentada por el PSOE, a pesar de la oposición del PP y de Vox, que presentaron dos enmiendas a la totalidad y que proponen una regulación de los cuidados paliativos.
De hecho, el portavoz de Sanidad del PP, José Ignacio Echániz, acusó al gobierno de usar esta iniciativa para "ahorrar" el gasto en sanidad y pensiones.
Según destaca la agencia Servimedia, ésta es la tercera vez que la ley de eutanasia entraba en el Congreso de los Diputados, aunque su aprobación siempre ha quedado interrumpida por la sucesivas convocatorias de elecciones.
Los requisitos que deberá cumplir una persona para acabar voluntariamente con su vida son sufrir una enfermedad grave e incurable o padecer una enfermedad grave, crónica e invalidante en los términos que recoja el texto legal, y que debe ser certificado por el médico responsable.
La proposición de ley permite a los médicos declararse objetores de conciencia. Aunque pese a que el personal sanitario se declare objetor, se garantizará el deseo expreso del paciente que quiera morir.
La decisión de solicitar la prestación de ayuda para morir ha de ser, según la proposición, "una decisión autónoma, entendiéndose por tal aquella que está fundamentada en el conocimiento sobre los hechos más relevantes de su proceso médico, después de haber sido informada adecuadamente por el médico o médica responsable".
La propuesta recoge que todo paciente que decida que se le aplique la eutanasia debe haber formulado dos solicitudes de manera voluntaria y por escrito, dejando una separación de al menos quince días naturales entre ambas. En cualquier momento será revocable y aplazable según los deseos del paciente.