En su mensaje por la Navidad, la Conferencia Episcopal de Haití llamó a la comunidad internacional y a los políticos locales a que los ayuden a poner fin a la crisis generalizada a nivel político, económico y social que afecta al país.
"Como pastores, no podemos permanecer indiferentes ante los trágicos acontecimientos de los últimos meses", señalaron los obispos en una carta dirigida a los religiosos, fieles laicos y personas de buena voluntad de Haití, publicada en las redes sociales del episcopado, señaló Vatican News.
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Los obispos dijeron que, como Iglesia que apoya a sus hijos en sus angustias y esperanzas, urgen al mundo a que los ayuden a terminar con el caos multidimensional que afrontan, especialmente después del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, quien murió el 7 de julio de 2021 a los 53 años, tras sufrir un disparo en su domicilio.
Los prelados recordaron que la Navidad es un tiempo que nos lleva a abrirnos "a nuevos horizontes, a un ideal de vida más grande y más noble" y a salir de la indiferencia.
En ese sentido, exhortaron a que la difícil situación en Haití interpele a "quienes tienen responsabilidades en la comunidad internacional" para "trabajar incansablemente por ayudar a curar esta herida y promover el respeto de los derechos universales".
Además, llamaron a los políticos locales a sumarse a esta gran tarea, pues también viven "esta situación caótica y catastrófica que no muestra signos de desaceleración", agregaron.
Los obispos recordaron que Haití es uno de los países más pobres del mundo, que desde hace años vive una situación de inestabilidad política, agravada recientemente por el asesinato del presidente Moise y la ola de "violencia desenfrenada".
Al respecto, alertaron sobre la presencia de bandas y organizaciones criminales en varias regiones del país, que lamentablemente perpetran secuestros como una "importante fuente de ingresos".
Además, recordaron que la crisis económica se profundizó por "el terremoto del 14 de agosto [de este año], que devastó la comunidad costera de Les Cayes, en el sur de la isla, dejando 2.200 muertos y más de 50 mil viviendas destruidas, y una tormenta tropical".
"En este dramático contexto", los obispos también recordaron a todos los compatriotas que sufren a causa de la migración forzada. "Muchos compatriotas se ven obligados a abandonar el país, con la esperanza de encontrar la prosperidad en otro lugar, pero a menudo son víctimas de malos tratos y discriminación", dijeron.
Frente al "preocupante y continuo deterioro de la situación", los obispos pidieron a la comunidad internacional y a los políticos a que realicen "una toma de conciencia personal y colectiva", así como un "'despertar moral y patriótico', para luchar contra las fuerzas del mal que generan atrocidades y sufrimiento en todas partes".
Asimismo, expresaron su "solidaridad con el dolor de quienes son víctimas de secuestros, violaciones y violencias de todo tipo", y confiaron a la misericordia de Dios "las almas de los hermanos y hermanas inocentes que han caído bajo el fuego de los grupos armados".
"Con toda nuestra fuerza, condenamos estos actos fratricidas y pedimos que se restablezca la verdad, el orden y la justicia junto con la autoridad del Estado", dijeron los obispos.
Asimismo, reiteraron su llamado "a los actores políticos, sociales y económicos a encontrar una solución definitiva y duradera a la crisis" en Haití; y exhortaron a los grupos armados y a quienes los apoyan a que depongan las armas y se sumen "a la reconstrucción de un mundo más justo, humano y solidario"; y pidieron a los ciudadanos a que "dejen de poner sus pequeños intereses por encima de los intereses de la nación".
Los obispos también recordaron las palabras del Papa Francisco, quien durante el tradicional rezo del Ángelus realizado en la Plaza San Pedro el 31 de octubre, pidió "a los líderes de las naciones que apoyen a este país, que no lo dejen solo" y al mundo a que se una en oración por ellos.
El 15 de diciembre, tras la Audiencia General, el Santo Padre reiteró su llamado a rezar por Haití, luego de que cerca de 70 haitianos murieron tras la trágica explosión de un camión cisterna que transportaba combustible.
"Pobre Haití, una tras otra, es un pueblo que sufre. Recemos, recemos por Haití, son gente buena, gente religiosa, pero están sufriendo mucho", dijo el Papa.