Este sábado cientos de jóvenes economistas y empresarios se reunieron con el Papa Francisco en Asís y se comprometieron a promover una nueva economía inspirada en los valores de San Francisco, que coloca en el centro a los más pobres.
A continuación el pacto al que se adhirieron los jóvenes procedentes de más de 100 países que participaron del encuentro "Economía de Francisco" el 24 de septiembre.
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Nosotros, jóvenes economistas, emprendedores y agentes de cambio,
llamados aquí a Asís de todas partes del mundo,
conscientes de la responsabilidad que recae sobre nuestra generación,
comprometernos hoy, individualmente y todos colectivamente
gastar nuestras vidas para que la economía de hoy y de mañana se convierta en una economía
del Evangelio, y por tanto:
una economía de paz y no de guerra,
una economía que se opone a la proliferación de armas, especialmente las más destructivas,
una economía que cuide la creación y no la maltrate,
una economía al servicio de la persona humana, de la familia y de la vida, respetuosa de todos
mujer, hombre y niño, los ancianos, y especialmente los más frágiles y vulnerables,
una economía donde el cuidado reemplace el rechazo y la indiferencia,
una economía que no deje a nadie atrás, para construir una sociedad en la que las piedras
rechazadas por la mentalidad dominante se convierten en piedras angulares,
una economía que reconozca y proteja el trabajo seguro y digno para todos,
una economía donde las finanzas son amigas y aliadas de la economía real y del trabajo y
no contra ellos,
una economía que valore y salvaguarde las culturas y tradiciones de los pueblos, todos las cosas vivas y los recursos naturales de la Tierra,
una economía que combate la pobreza en todas sus formas, reduce la desigualdad y sabe cómo decir con Jesús y Francisco: "Bienaventurados los pobres",
una economía guiada por una ética de la persona humana y abierta a la trascendencia,
una economía que cree riqueza para todos, que engendre alegría y no solo riqueza, porque
la felicidad que no se comparte es incompleta.
Creemos en esta economía. No es una utopía, porque ya la estamos construyendo. Y
algunos de nosotros, en mañanas particularmente luminosas, ya hemos vislumbrado el comienzo de la tierra prometida.
Asís, 24 de septiembre de 2022
Los economistas, empresarios, agentes de cambio, estudiantes y trabajadores