Han pasado dos años desde que Camila Brusotti volvió a caminar sola, después de que los médicos le pronosticaran una muerte segura tras una terrible golpiza perpetrada por su madre y padrastro.

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Camila tiene 10 años y es de la provincia de San Juan (Argentina). Su curación se dio por la intercesión del beato argentino y próximo santo, el sacerdote José Gabriel Brochero (el Cura Brochero), que fue aprobado por el Papa Francisco en enero de 2016.

"Cuando yo estaba internada, Brochero hizo un milagro por mí", dijo la menor al diario La Nación.

A mediados de marzo del 2014 el abuelo materno de Camila, Raúl Ríos, envió el caso a la diócesis de Cruz del Eje, la cual se interesó por lo sucedido y en los meses siguientes creó la comisión para investigarlo. Se tomó declaración a los testigos y tres copias de la investigación fueron llevadas por Mons. Alfonso Olivera al Vaticano en marzo de 2015.

En septiembre la comisión de siete médicos de la Congregación para las Causas de los Santos validó la curación y recuperación sin explicación científica de la niña.

"Éste es el milagro que llevará a Brochero a la canonización", auguraba Raúl Ríos en diciembre de 2013. Él había "puesto en manos" de Brochero a su nieta pese a que dos médicos le dijeron que era preferible que muriese "a que quede como un vegetal".  

Más de dos años después las palabras del abuelo de Camila se hicieron realidad, la canonización del Cura Brochero fue anunciada recientemente por el Vaticano para el 16 de octubre del 2016.

El padre de la niña, Javier Brusotti, aseguró que en un primer momento le pidió a Dios, "después empecé a rezar a todas las vírgenes y santos de las estampitas que me daban".

"Ahora se comprobó que se curó por intermediación de Brochero, a quien también recé. Bienvenido sea. Estoy muy agradecido y me siento en deuda porque yo pedí por la vida de Camila y ella está acá, viva", cuenta el padre, quien tiene la tenencia provisoria de su hija desde que le dieron el alta en diciembre de 2013.

La recuperación de Camila

El 25 de octubre de 2013 la madre y el padrastro llevaron a la niña en brazos al Centro Integral de la Mujer y el Niño (Cimyn) de San Juan e intentaron engañar al personal médico asegurando que Camila había caído de un caballo. Sin embargo prontamente fueron desmentidos, encarcelados y hoy se encuentran procesados por intento de homicidio.

"Le faltaba todo el parietal derecho. Impresionaba verla porque se veía cómo latía el cerebro debajo del cuero cabelludo", recordó Brusotti.

Sin embargo, la recuperación de Camila no hubiera sido posible sin la fe de su abuelo, quien recordó con lágrimas en los ojos que Camila "no respondía, no veía, no escuchaba, no hablaba. Hacía 15 días que estaba en terapia intensiva".

"Me desesperé. Comencé a levantarme a la madrugada, cerraba las puertas, me quedaba solo con el cuadro de Brochero y le rezaba. Puse a Camila en sus manos y, créame, créame me imaginé esas manos duras y ásperas por el trabajo y el manejo de las riendas. Le pedí que él ponga a Camila en manos de la Purísima, como llamaba a la Virgen. Este viejo pelado que soy rezó dos veces seguidas la novena que venía en ese libro; dieciocho días en total. Y coincidió que terminando la segunda novena a Camila la sacaron de la terapia intensiva y pasó a intermedia", narró el abuelo de la pequeña.

Camila inició entonces un proceso de recuperación acelerado y se le dio de alta en diciembre de ese año. En enero del 2014 volvió a caminar y dos meses después le colocaron una placa en la cabeza y quedó en perfecto estado.

Por su parte Marina, abuela de la niña, dijo que para la familia "hay sentimientos encontrados porque Brochero es santo y eso es alegría para el mundo, alegría para los cordobeses, pero hizo falta una situación difícil, complicada como la que se vivió".

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