El 16 de septiembre de 2010, en el vuelo que lo llevó al Reino Unido, el ahora Papa Emérito Benedicto XVI describió brevemente lo que podría considerarse el programa a seguir para afrontar al escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia.
En el encuentro en el avión con los periodistas con los que viajó a Londres, Benedicto XVI explicó que, en relación a las víctimas de abusos sexuales, es importante destacar tres aspectos:
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1.- La reparación
Benedicto XVI explicó que "el primer interés son las víctimas: ¿cómo podemos reparar? ¿Qué podemos hacer para ayudar a estas personas a superar este trauma, a reencontrar la vida, a reencontrar también la confianza en el mensaje de Cristo?"
"Solicitud, compromiso por las víctimas, es la prioridad, con ayuda material, psicológica, espiritual", resaltó el entonces Pontífice.
2.- Los culpables
En segundo lugar, continuó, está "el problema de las personas culpables. La pena justa es excluirlas de toda posibilidad de acceso a los jóvenes, porque sabemos que se trata de una enfermedad y la voluntad libre no funciona donde existe esta enfermedad".
"Por lo tanto, debemos proteger a estas personas de sí mismas y encontrar el modo de ayudarlas y de apartarlas de todo acceso a los jóvenes", resaltó.
3.- La prevención
El tercer punto, explicó Benedicto XVI, "es la prevención en la educación, en la elección de los candidatos al sacerdocio: estar tan atentos que, hasta donde es humanamente posible, se excluyan futuros casos".
Una gran tristeza
Benedicto XVI explicó ese día que las revelaciones sobre los casos de abusos sexuales en la Iglesia fueron "para mí un impacto, no solo una gran tristeza. Es difícil entender cómo ha sido posible esta perversión del ministerio sacerdotal".
"El sacerdote, en el momento de la ordenación, preparado durante años para ese instante, dice «sí» a Cristo para hacerse su voz, su boca, su mano, y servir con toda la existencia, a fin de que el buen Pastor, que ama y ayuda y guía hacia la verdad, esté presente en el mundo".
Por ello, continuó, "es difícil de comprender cómo un hombre que ha hecho y dicho esto puede caer después en tal perversión. Es una enorme tristeza, tristeza también porque la autoridad de la Iglesia no ha sido suficientemente vigilante ni veloz, decidida en la adopción de las medidas necesarias".
"Por todo ello estamos en un momento de penitencia, de humildad y de renovada sinceridad. Como escribí a los obispos irlandeses, me parece que ahora debemos llevar a cabo un tiempo de penitencia, un tiempo de humildad y renovar y volver a aprender con absoluta sinceridad", concluyó.
En marzo de 2010 Benedicto XVI escribió una carta en la que abordaba el tema de los abusos sexuales. En el texto, el Santo Padre proponía un camino de curación, renovación y reparación para la Iglesia en este país; expresó su cercanía y solidaridad a las víctimas, y reprendió a los responsables de "esos actos pecaminosos y criminales".