Al inicio de esta Cuaresma, el Papa Francisco pidió estar preparados para defenderse del diablo y estar atentos a la presencia del demonio pues "está interesado en nuestra condena eterna".
"Debemos ser conscientes de la presencia de este enemigo astuto, interesado en nuestra condena eterna, en nuestro fracaso, y prepararnos para defendernos de él y combatirlo. La gracia de Dios nos asegura, mediante la fe, la oración y la penitencia, la victoria sobre el enemigo", advirtió el Papa.
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Al reflexionar en el pasaje del Evangelio dominical que relata las tentaciones de Jesús en el desierto, el Santo Padre recordó que "la vida del cristiano, tras las huellas del Señor, es una batalla contra el espíritu del mal" y añadió que "nos muestra que Jesús se enfrentó voluntariamente al tentador y lo venció; y al mismo tiempo nos recuerda que al diablo se le concede la posibilidad de actuar también sobre nosotros con sus tentaciones".
En esta línea, el Papa subrayó que "en las tentaciones Jesús nunca dialoga con el diablo, nunca, en su vida, Jesús nunca ha dialogado con el diablo, nunca" sino que más bien "lo ahuyenta de los endemoniados".
"En el desierto parece que hay un dialogo, Jesús responde, pero no responde con sus palabras, sino con la Palabra de Dios, con tres pasajes de las Escrituras", destacó el Papa.
Por ello, el Santo Padre aconsejó jamás entrar en diálogo con el diablo porque que "cuando se acerca el seductor" aparece "la tentación es dialogar con él, como lo hizo Eva" por lo que insistió "con el diablo nunca se dialoga, no hay dialogo posible, solamente la Palabra de Dios".
Finalmente, antes de dirigir el rezo del Ángelus ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice señaló que en esta Cuaresma "estamos llamados a caminar por las sendas de Dios, renovando las promesas de nuestro bautismo: renunciar a Satanás, a todas sus obras y a todas sus seducciones" y advirtió que "el enemigo está allí, agachado, estén atentos" por lo que "nos encomendamos a la intercesión maternal de la Virgen María".
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:
San Marcos 1, 12-15
12 A continuación, el Espíritu le empuja al desierto, 13 y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba entre los animales del campo y los ángeles le servían.
14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: 15 «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva.»