Este domingo 7 de marzo, el Papa Francisco rezará en la llamada "Plaza de las Iglesias" en la ciudad de Mosul en Irak, que hace algunos años fue el centro de operaciones de los terroristas del Estado Islámico (ISIS) cuando tenían el control de la zona donde hoy habita una pequeña comunidad cristiana.
En Mosul, ciudad vecina de la ciudad bíblica de Nínive, las cuatro iglesias que fueron dañadas o destruidas por ISIS, forman la "Plaza de la Iglesia", el nombre dado al sitio que #PapaFrancisco visitará el 7 de marzo durante su histórico viaje a #Irak. ? pic.twitter.com/MlHW98C6Nk
- Maronitas (@maronitas_es) March 4, 2021
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Anas Zeyad, asistente coordinador de la UNESCO, del proyecto de la iglesia Al Tahira, explica en un video que el lugar se conoce en árabe como "Hosh al-Beiaa" y allí hay varias "iglesias de distintas denominaciones cristianas. Hay una ortodoxa, una sirocatólica y una armenia".
Zeyad, que lidera el proyecto de reconstrucción de la zona usando los materiales más cercanos a los originales, recuerda que antes "el área solía estar llena de vida. Los niños iban a la iglesia, la gente iba al mercado, algunos solo se sentaban a conversar. Esto estaba lleno de vida en el pasado".
Por su parte, el P. Raed Adel, sacerdote que vive en Mosul, explica que "el lugar fue usado como un centro de operaciones del Daesh (Estado Islámico), con su policía religiosa. Era un centro del liderazgo de ISIS".
"Aquí ISIS decía: 'iremos a Roma, ocuparemos Roma y le cortaremos la cabeza al Papa", relató.
En su opinión, la visita del Papa Francisco a Mosul, ciertamente es "un asunto importante", considerando además que el lugar fue "el centro administrativo de ISIS".
Entre junio y agosto de 2014, cientos de miles de cristianos se vieron obligados a huir de Mosul y gran parte de la provincia de Nínive cuando el territorio fue conquistado por ISIS.
Durante ese tiempo, los terroristas sometieron a los habitantes de ambos territorios bajo la estricta ley de la sharia, que incluía conversiones y matrimonios forzados, ejecuciones en masa, tráfico de personas y ventas de mujeres como esclavas sexuales.
Durante ese periodo los terroristas musulmanes también bombardearon iglesias y asesinaron a sacerdotes.
La situación provocó el éxodo de cientos de miles de cristianos y otras minorías religiosas, que se refugiaron en la región autónoma del Kurdistán iraquí y, en particular, en los suburbios de Erbil, su capital.
Los que no lograban huir debían afrontar la muerte si no aceptaban convertirse al islam o pagar un impuesto de sumisión.
El 9 de julio de 2017, luego de tres años de combates en los que participaron el ejército iraquí, las fuerzas kurdas y la coalición internacional liderada por Estados Unidos, Mosul fue declarada libre del control de ISIS.
En septiembre, las autoridades locales anunciaron el regreso de 1.400 familias cristianas de refugiados a sus zonas de origen, ubicado sobre todo en la Llanura de Nínive.