El Papa recuerda en el rezo del Regina Coeli a la nueva Beata Guadalupe Ortiz de Landázuri

Al finalizar el rezo del Regina Coeli este domingo 19 de mayo en el Vaticano, el Papa Francisco recordó a Guadalupe Ortiz de Landázuri, beatificada ayer, sábado 18, en una Misa celebrada en Madrid.

"Ayer en Madrid fue beatificada Guadalupe Ortiz de Landázuri, fiel laica del Opus Dei, que sirvió con alegría a sus hermanos y hermanas mediante la enseñanza y el anuncio del Evangelio. Su testimonio es un ejemplo para las mujeres cristianas comprometidas en actividades sociales y en la investigación científica. ¡Demos un aplauso a la nueva Beata!", fueron las palabras del Papa.

En la Misa, presidida por el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, participaron más de 11.000 personas de 60 nacionalidades diferentes.

En su homilía, el Cardenal Becciu afirmó que la nueva beata "nos enseña qué bello y atrayente es poseer la capacidad de escuchar y una actitud siempre alegre incluso en las situaciones más dolorosas".

Señaló que "su corazón estuvo siempre abierto a las necesidades del prójimo, traduciéndose esto en una actitud de acogida y comprensión".

"Guadalupe se presenta ante nuestros ojos como un modelo de mujer cristiana siempre comprometida allí donde el designio de Dios quiso que estuviera, especialmente en lo social y en la investigación científica. En definitiva, fue un don para toda la Iglesia", resaltó el Cardenal.

Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en España en 1916, aunque se trasladó a la Ciudad de México el 6 de marzo de 1950.

En México realizó una maestría en Química en la Universidad Nacional Autónoma de México y fundió una residencia universitaria en la calle Copenhage, que más tarde sería la residencia Universitaria Latinoamericana, dirigida por el Opus Dei.

Fundó también la casa de retiros Montefalco y, junto a ella, el Colegio Mantefalco, donde actualmente estudian 500 niñas. Fundó también otro colegio en el Estado de Culiacán que cuenta con más de 600 alumnas.

En 1956 se trasladó a Roma para colaborar con San José María Escrivá en la dirección del Opus Dei. Poco después regresó a España para tratarse de una enfermedad cardíaca. Allí trabajó como profesora de Química y realizó el doctorado. Falleció en Pamplona en 1975.