El Papa Francisco aseguró que "compartir nuestras fragilidades y aceptarlas recíprocamente es el canto más bello, la armonía más grata a Dios" tras recibir en el Vaticano al "Coro del Arcoíris" formado por ancianos enfermos de Alzheimer.
Antes de realizar la audiencia general este miércoles 3 de abril, el Santo Padre se reunió en la pequeña sala aledaña al Aula Pablo VI con un coro de la residencia de ancianos Bonheiden en Bélgica que acoge a enfermos de Alzheimer.
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Después de escucharlos cantar, el Pontífice les agradeció y confió que su secretario dijo: "Este encuentro es lo más bello que he visto con el Papa".
"Pienso que para ustedes cantar juntos es un consuelo, un apoyo, que ayuda a avanzar y a soportar el peso de la enfermedad que, sin duda, se hace sentir. Es más, pienso que su canto se hace más valioso aún a causa de su vulnerabilidad", expresó Francisco.
En esta línea, el Papa aseguró que "el hecho de compartir sus fragilidades y aceptarlas recíprocamente, es el canto más bello, la armonía más grata a Dios, ¡un 'arcoíris' no de perfecciones, sino de imperfecciones!", exclamó.
Además, el Papa reveló que al ver al director del coro pensó que había olvidado la baqueta, pero después vio que su baqueta "es la ternura". Por eso, agradeció también al director de este coro, porque "al realizar gestos de ternura nos hace a todos más humanos".
"Con su ternura, la ternura de todos, hoy hemos cumplido el cuarto mandamiento: honrar a los ancianos que son nuestra memoria", señaló el Santo Padre.
El Pontífice dijo que "quizás algunos de ellos han perdido la memoria, pero ellos son el símbolo de la memoria de un pueblo, son las raíces de su patria, de nuestra humanidad" e insistió que "son las raíces y los jóvenes deben ir allí para tomar el 'jugo' de las raíces y continuar con la civilización".
Al finalizar, el Santo Padre impartió la bendición apostólica y saludó a cada uno, mientras que les agradeció su visita y les pidió que recen por él.