Durante la Audiencia General de este miércoles 20 de abril, el Papa Francisco se dirigió a los padres para pedirles que acercaran a sus hijos a los ancianos.  

"Que sepan que esta es nuestra carne, que esto sea lo que ha hecho posible que nosotros estemos aquí", dijo el Santo Padre ante los fieles de la Plaza de San Pedro.  

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"Por favor, no alejéis a los ancianos, y si no hay otra posibilidad que enviarles a una residencia, por favor ir a verles y llevar a los niños a verles. Son el honor de nuestra civilización, los ancianos que han abierto las puertas, y muchas veces los hijos se olvidan de esto", lamentó el Papa a continuación.  

Además, Francisco contó una historia personal que le ocurrió cuando siendo sacerdote visitaba las residencias de ancianos en Buenos Aires.  

"Recuerdo una vez que pregunté a una señora cuántos hijos tenía. Me dijo que tenía cuatro, todos casados con hijos, y comenzó a hablarme de su familia. Le pregunté si ellos venían y me dijo que sí, que iban siempre", explicó el Papa.  

"Cuando salí de la habitación, la enfermera que había escuchado me dijo: 'Padre, ha dicho una mentira para cubrir a sus hijos. Desde hace seis meses no viene nadie'", recordó el Papa. 

El Pontífice aseguró que "esto es descartar a los ancianos y pensar que son material de descarte. Por favor, es un pecado grave. Este mandamiento de honrar a los ancianos nos da una bendición, que se expresa en este modo de tener una larga vida", defendió. 

Por último, el Papa pidió "cuidar a los ancianos porque son la presencia de la historia". "Gracias a ti, abuelo y abuela, yo estoy vivo. Por favor, no los dejéis solos", concluyó el Papa.