El Papa Francisco envió sus oraciones para Alfie Evans y sus padres, y exhortó a hacer todo lo necesario para acompañar compasivamente al menor, así como escuchar "el profundo sufrimiento de sus padres".
"Espero de corazón que se haga todo lo necesario para poder seguir acompañando compasivamente al pequeño Alfie Evans, y que el profundo sufrimiento de sus padres sea escuchado. Estoy rezando por Alfie, por su familia y por todos los que están involucrados", dijo el Papa este 4 abril a través de su cuenta de Twitter.
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En respuesta, el "Ejército de Alfie", un grupo de apoyo de miles personas que busca salvar a Alfie y que está activo en redes sociales, agradeció el saludo del Santo Padre.
"Su santidad gracias por sus profundos pensamientos y oraciones por Alfie y sus padres", dijeron.
Alfie Evans es un pequeño niño de 22 meses que padece una grave dolencia neurológica y que libra una dura batalla en Inglaterra para sobrevivir; un caso que ha atraído la atención de todo el mundo.
Sus padres, Tom Evans y Kate James, desean trasladar a su hijo al Hospital Pediátrico Bambino Gesú, en Roma, más conocido como el Hospital del Papa, para su diagnóstico y posible tratamiento.
Por tal motivo, llevaron su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDHE) luego de quedarse sin opciones legales en su país. Pero tres jueces dictaminaron que la petición era "inadmisible" el pasado 28 de marzo.
La decisión fue conclusiva, dijo el tribunal, agregando que también se rechazó su solicitud para que se detenga el retiro del tratamiento como una "medida provisional".
Semanas antes, el 6 de marzo, tres jueces la Corte de Apelación de Inglaterra ya habían negado un recurso de amparo presentado por ambos padres, luego de que apelaran la decisión de la Corte Suprema que permite al Alder Hey Children's Hospital, de Liverpool, desconectar el soporte vital del pequeño.
El caso de Evans se asemeja al de Charlie Gard, un niño inglés con una enfermedad terminal que murió en julio de 2017 luego que se le retirara el soporte vital, también contra la voluntad de sus padres.
Gard tenía 11 meses y estuvo al centro de un debate legal que duró varios meses. Los médicos del Hospital Great Ormond Street, que trataron a Gard, también acudieron a la Corte para quitarle el soporte vital.
