El Papa Francisco solicitó nuevamente a la comunidad internacional intensificar sus esfuerzos para que todas las personas tengan un rápido acceso a las vacunas porque "no se trata de una cuestión de conveniencia o cortesía, sino de justicia".
Así lo indicó el Santo Padre al recibir este 17 de diciembre las cartas credenciales de siete nuevos embajadores ante la Santa Sede. En concreto, de Moldavia, Kirguistán, Namibia, Lesoto, Luxemburgo, Chad y Guinea Bissau.
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"Es importante que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos de cooperación para que todas las personas tengan un rápido acceso a las vacunas. No se trata de una cuestión de conveniencia o cortesía, sino de justicia", advirtió el Papa.
El Santo Padre recordó que hace un año comenzaban los signos de esperanza con la administración de las primeras vacunas ya que "en aquel momento, muchos creyeron que su llegada anunciaba el rápido fin de la pandemia" y sin embargo reconoció que "el COVID-19 sigue causando dolor y sufrimiento, por no hablar de la pérdida de vidas".
En esta línea, el Papa señaló que "espero sinceramente que a través de esta experiencia la comunidad internacional llegue a una mayor conciencia del hecho de que somos una sola familia humana; cada uno de nosotros es responsable de nuestros hermanos y hermanas, sin excluir a nadie".
"Esta es una verdad que debería inspirarnos para abordar no sólo la actual crisis sanitaria, sino todos los problemas que afligen a la humanidad y a nuestra casa común de forma solidaria y no aislada", advirtió el Papa mientras que citó como ejemplos cuestiones como la pobreza, la migración, el terrorismo y el cambio climático.
Además, el Santo Padre destacó que "a pesar de los avances médicos y tecnológicos a lo largo de los años, algo microscópico -un objeto aparentemente insignificante- ha cambiado nuestro mundo para siempre, nos demos cuenta o no".
Por ello, el Pontífice subrayó que "hay que hacer mucho más a nivel institucional e intergubernamental para promover una 'cultura del encuentro' al servicio del bien común de nuestra familia humana".
"Su trabajo, queridos embajadores, se realiza a menudo en silencio y sin reconocimiento público. Sin embargo, ustedes ya entienden lo que el mundo necesita aprender de la pandemia: la necesidad de cultivar las relaciones y facilitar el entendimiento mutuo con personas de diferentes culturas y orígenes, con el fin de trabajar juntos para construir un mundo más justo", afirmó el Papa.
De este modo, Francisco destacó a los embajadores que "la Santa Sede aprecia el importante papel que desempeñan, como lo demuestra su propia presencia diplomática y su participación en la comunidad internacional".
Por último, el Santo Padre alentó a los diplomáticos a entablar con los departamentos vaticanos "un diálogo fructífero para abordar cuestiones de interés común, especialmente las que afectan a la humanidad y a nuestra casa común".