El Papa Francisco lamentó no haber podido participar en la cumbre sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas COP26 que se está celebrando en la ciudad escocesa de Glasgow desde el pasado 31 de octubre y que concluirá mañana viernes 12 de noviembre.
En una carta enviada el pasado 9 de noviembre a los católicos escoceses, pero difundida por la Santa Sede este jueves 11 de noviembre, el Santo Padre explica que "esperaba poder participar en el encuentro de la COP26 en Glasgow y pasar un tiempo, aunque fuera breve, con vosotros".
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Sin embargo, lamenta que, finalmente, "esto no fuera posible". La ausencia del Pontífice en la Cumbre del Clima no significa que la Santa Sede esté ausente. De hecho, el Vaticano ha enviado una delegación de alto nivel encabezada por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin.
A pesar de su decepción por no haber podido asistir, el Papa Francisco asegura que le complace que los católicos escoceses "os unáis en oración por mis intenciones y por el fructífero resultado de este encuentro destinado a abordar uno de los grandes problemas morales de nuestro tiempo: la conservación de la creación de Dios que se nos ha entregado para cultivar y como casa común de nuestra familia humana".
Se refiere el Papa a la invitación que realizó el pasado 31 de octubre durante el rezo del Ángelus en el Vaticano a rezar por los frutos de la COP26, "para que el grito de la Tierra y el grito de los pobres sean escuchados; para que este encuentro dé respuestas efectivas que ofrezcan una esperanza concreta a las generaciones futuras".
En su carta a los católicos escoceses el Papa invita a implorar "a Dios que done sabiduría y la fortaleza a los responsables de guiar a la comunidad internacional en la persecución de los objetivos de hacer frente a este grave desafío con decisiones concretas inspiradas en la responsabilidad hacia las presentes y las futuras generaciones".
El Santo Padre advierte que "el tiempo se agota; no se puede desaprovechar esta oportunidad, no tengamos que hacer frente al juicio de Dios por haber fallado en nuestra misión de ser fieles administradores del mundo que se ha confiado a nuestro cuidado".
La carta se firmó y envió a los fieles escoceses el pasado 9 de noviembre, día en que la Iglesia celebró la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán como Catedral del Obispo de Roma. Este día, que "simboliza la comunión de la Iglesia en la fe y la caridad con la Sede de Pedro", movió al Papa a expresar a los católicos escoceses "mi afecto en el Señor y me ánimo a perseverar en vuestra demostrada fidelidad al Señor y a su Iglesia".
El Papa concluye la carta con una petición particular a los católicos escoceses: "Que recéis por mí y por mis hermanos Obispos en esta fiesta de nuestra comunión al servicio del Evangelio y de la construcción de una Iglesia unida".
"En este tiempo de cambios, que los fieles de Cristo en Escocia renueven su compromiso a ser testigos convincentes de la alegría del Evangelio y de su poder a la hora de dar luz y esperanza a todos los esfuerzos para construir un futuro de justicia, fraternidad y prosperidad, tanto material como espiritual", concluyó el Papa Francisco.