En los momentos difíciles y de dolor mantengamos la confianza en Dios, es la invitación hecha por el Papa Francisco, al recordar que "cada lágrima se seca" en el misterio de la Cruz.
"En nuestras oraciones, estamos invitados a permanecer abiertos a la esperanza y firmes en la confianza en Dios. Nuestra historia, aunque a menudo marcada por el dolor, por las incertidumbres, por los momentos de crisis, es una historia de salvación. En Jesús acaba todo nuestro destierro, y cada lágrima se seca, en el misterio de su Cruz, de la muerte transformada en vida, como el grano de trigo que se rompe en la tierra y se convierte en espiga", señaló el Papa en el prefacio del libro "El poder de la confianza. Los 10 pasos para derrotar los miedos y desarrollar la autoestima" escrito en italiano por el psicólogo Salvo Noè.
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En estas páginas de introducción, el Santo Padre destacó también que "la meditación de los beneficios del Señor debe empujarnos a trabajar por el bien y a transformar el mundo" y a no desesperarnos "cuando las dificultades surjan de nuevo".
Además, el Santo Padre reconoció que en el terreno de la fe "también nos encontramos a menudo con una vida oscura, dura, difícil, una siembra con lágrimas, pero seguros de que la luz de Cristo nos da, al final, realmente, la gran mies".
Por ello, el Papa exhortó a no olvidar, incluso en las noches oscuras, "que la luz está ahí, que Dios ya está en medio de nuestra vida y que podemos sembrar con gran confianza que el 'sí' de Dios es más fuerte que todos nosotros".
"Es importante no perder este recuerdo de la presencia de Dios en nuestra vida, esta alegría profunda de que Dios entró en nuestra vida, liberándonos: es la gratitud por el descubrimiento de Jesucristo, que vino a nosotros. Y esta gratitud se transforma en esperanza, es la estrella de la esperanza que nos da confianza, es la luz, porque precisamente los dolores de la siembra son el comienzo de una nueva vida, de la gran y definitiva alegría de Dios", advirtió.
Finalmente, el Santo Padre recordó que "desde las revelaciones del Antiguo Testamento hasta las palabras de Jesús, Dios siempre se ha mostrado como un Padre lleno de amor, de ternura, un Padre lleno de bondad y misericordia" y añadió que "este es el signo del gran cariño y confianza que Dios tiene en nosotros y esta conciencia nos ayuda a ser personas responsables en todas nuestras acciones".