El Papa Francisco rezó este domingo 3 de abril en el lugar en el que vivió el Apóstol Pablo en Malta, conocido popularmente como la gruta de San Pablo, ubicada en la ciudad de Rabat.

A continuación, la oración que el Papa Francisco recitó en la gruta de San Pablo:

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Oración a San Pablo

Dios de misericordia,

en tu admirable providencia quisiste que el Apóstol Pablo

anunciase tu amor a los habitantes de Malta, que todavía no te conocían.

Él les proclamó tu palabra y curó sus enfermedades.

Salvados del naufragio,

San Pablo y sus compañeros de viaje encontraron aquí para acogerlos gente pagana de buen corazón,

quienes los trató con una cordialidad fuera de lo común,

dándose cuenta de que necesitaban refugio, seguridad y asistencia.

Ninguno conocía sus nombres,

su procedencia o condición social; solo sabían una cosa:

que necesitaban ayuda.

No era tiempo para las discusiones,

para los juicios, los análisis y los cálculos; era el momento de prestar auxilio;

dejaron sus ocupaciones

y así lo hicieron.

Encendieron un gran fuego,

y los hicieron secarse y calentarse.

Los acogieron con corazón abierto

y, junto con Publio,

primero en el gobierno y en la misericordia, encontraron alojamiento para ellos.

Padre bueno,

concédenos la gracia de un buen corazón

que palpite por amor a los hermanos.

Ayúdanos a reconocer desde lejos las necesidades de cuantos luchan entre las olas del mar,

golpeados contra las rocas de una costa desconocida.

Haz que nuestra compasión

no se agote en palabras vanas,

sino que encienda la hoguera de la acogida,

que hace olvidar el mal tiempo,

da calor a los corazones y los une;

fuego de la casa construida sobre roca,

de la única familia de tus hijos,

hermanas y hermanos todos.

Tú los amas sin distinción

y quieres que sean uno

con tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor,

por el poder del fuego que enviaste del cielo,

tu Espíritu Santo,

que quema toda enemistad,

y en la noche ilumina el camino

hacia tu reino de amor y de paz.

Amén.