Importantes medios de comunicación seculares del mundo anunciaron miércoles y jueves que el Papa Francisco estaría considerando acabar con el celibato como condición para la ordenación sacerdotal. Sin embargo, diversas autoridades eclesiales, así como la misma entrevista que dio origen a los llamativos titulares, señalan que el Pontífice no tiene ningún plan de acabar con esta disciplina eclesiástica.
Los titulares alrededor del mundo implicando que el Papa Francisco estaba considerando la "revolucionaria" decisión, no se basaron en ninguna declaración del Pontífice, sino en la entrevista que el actual Nuncio Apostólico en Venezuela y Secretario de Estado nombrado, Mons. Pietro Parolin, concedió al diario venezolano "El Universal".
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Durante la extensa entrevista, el Arzobispo que asumirá la Secretaría de Estado en octubre, habló sobre múltiples temas, diplomáticamente evitando a un periodista que quería empujarlo a aceptar posiciones "reformistas", como asentir a los comentarios del teólogo disidente suizo Hans Küng, o coincidir con la convocatoria de un Concilio Vaticano III.
Una breve parte de la entrevista incluyó el siguiente intercambio:
Periodista: El celibato no es....
Mons. Parolin: No es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica.
Esta fue la frase sobre la cual los medios construyeron no sólo la suposición de que el futuro Secretario de Estado "abría la puerta" a la discusión sobre el celibato; sino que el mismo Papa Francisco lo estaba haciendo.
En efecto, un comentarista consultado por la influyente cadena televisiva norteamericana NBC, Thomas Groome, profesor de teología de Boston College, señaló que "difícilmente Parolin hubiera hecho este comentario si no tuviera la impresión de que el Papa está abierto a tener esta conversación".
Sin embargo, Groome y otros expertos consultados por los medios seculares ignoraron la primera parte de la entrevista de El Universal, donde Mons. Parolin señala claramente que aún está por familiarizarse con los objetivos del Pontífice.
"La verdad", dice Parolin en la entrevista, "es que no he hablado mucho con él y pienso que cuando tenga la gracia y la oportunidad, le preguntaré el por qué de esta elección. Así que no sabría cuál fue la razón para que el Papa pensó en mí. Puedo decir, sin embargo, que me siento muy afín a su manera de entender la Iglesia y sobre todo a su estilo de sencillez y de cercanía a las personas, a su ánimo de escucharlas y de intentar, de veras, que la Iglesia pueda volver a tener una presencia significativa en el mundo de hoy".
Consultado sobre la entrevista concedida por el futuro Secretario de Estado, el vocero de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que "lo dicho por el Arzobispo Parolin es totalmente consistente con la enseñanza de la Iglesia".
En efecto, para la Iglesia, el celibato sacerdotal es una disciplina, no un dogma. Por tanto, a diferencia del dogma, puede teóricamente cambiar.
Sin embargo, los medios seculares internacionales ignoraron importantes pasajes de la misma entrevista, en la que Mons. Parolin explicó el valor del celibato.
Por lo pronto, el pasaje de la entrevista citado alrededor del mundo siguió de la siguiente forma:
Periodista: "Que se remonta (el celibato) ¿a qué época?"
Mons. Parolin: "A los primeros siglos. Después la implementación se aplicó durante todo el primer milenio, pero a partir del Concilio de Trento se insistió mucho en eso. Es una tradición y ese concepto pervive en la Iglesia porque a lo largo de todos estos años han ocurrido acontecimientos que han contribuido a desarrollar la revelación de Dios. Esta finalizó con la muerte del último apóstol (san Juan). Lo ocurrido luego ha sido un crecimiento en la comprensión y actuación de la revelación.
Periodista: A propósito del celibato...
Mons. Parolin: El esfuerzo que hizo la Iglesia para estatuir el celibato eclesiástico debe ser considerado. No se puede decir, sencillamente, que pertenece al pasado. Es un gran desafío para el Papa porque él posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como una forma de unir a la Iglesia, no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero siempre al servicio de la unidad y todo según la voluntad de Dios. No es lo que me plazca sino de ser fieles a lo que Dios quiere para su Iglesia".
En otro pasaje de la misma entrevista, cuando el periodista intenta presentar al Papa Francisco como un "revolucionario" que traerá cambios radicales, el Arzobispo Parolin aclara:
"Así es. Pero esos cambios no pueden poner en peligro la esencia de la Iglesia, que tiene una continuidad en la historia proveniente de su fundación por Jesucristo. Entonces se debe ser fiel. La Iglesia nunca podrá cambiar al punto de adaptarse completamente al mundo. Si lo hiciera y se perdiera en él, ya no cumpliría su misión de ser sal y luz para todos".
Más adelante Mons. Parolin sigue: "Y quiero subrayar el tema de la continuidad porque a veces parece (y no sé si exagero) que el Papa Francisco va a revolucionarlo todo, a cambiarlo todo".
Periodista: "¿No es eso lo que se espera de él?"
Mons. Parolin: "Se espera que él ayude a la Iglesia a ser Iglesia de Jesús y a cumplir su función. Eso lo deben hacer todos los papas. Pero la Iglesia tiene una Constitución, una estructura, unos contenidos que son los de la fe y que nadie puede cambiar".
En medio de la tormenta de titulares mediáticos sobre el supuesto "fin del celibato"; la periodista de la revista "Time", Elizabeth Dias, escribió un breve pero incisivo comentario bajo el título: "Por qué la política sobre el celibato para los sacerdotes católicos no va a cambiar próximamente".
Dias explica que Mons. Parolin no ha hecho más que explicar la antigua y tradicional diferencia en la Iglesia entre dogma y disciplina. El celibato es, en efecto, una disciplina. Sin embargo, la periodista de "Time" recuerda que ninguna disciplina importante ha cambiado en la historia reciente de la Iglesia; y concluye señalando que, por esa razón, "Monseñor Parolin destaca que 'los cambios no pueden poner en peligro la esencia de la Iglesia, que tiene una continuidad en la historia proveniente de su fundación por Jesucristo'".