"Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios,que se hace pequeño, que no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo", dijo hoy el Papa Francisco.
En la mañana de este sábado, el Santo Padre recibió a los autores del Nacimiento que presidirá durante esta Navidad la Plaza de San Pedro y también a los responsables del árbol de Navidad.
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Además, acudieron a la audiencia los autores del Nacimiento guatemalteco que decorará el Aula Pablo VI del Vaticano, que por primera vez no es de origen italiano.
Haciendo referencia al árbol de Navidad, el Papa Francisco dijo a los presentes que "como los árboles, los hombres también necesitan raíces".
Además, el Papa Francisco dijo que el árbol de Navidad, con sus luces, "nos recuerda a Jesús que viene a iluminar nuestra oscuridad, nuestra existencia a menudo encerrada en las sombras del pecado, del miedo, del dolor".
"Es importante mantener las raíces, tanto en la vida como en la fe", señaló el Papa, que aseguró que el árbol de Navidad nos recuerda que debemos "estar arraigados en Jesucristo".
En cuanto al pesebre, el Papa dijo que "nos ayuda a redescubrir la verdadera riqueza de la Navidad, y a purificarnos de tantos aspectos que contaminan el paisaje navideño".
"Sencillo y familiar, el belén recuerda una Navidad diferente a la consumista y comercial: es algo más; nos recuerda lo bueno que es que apreciemos momentos de silencio y oración en nuestros días, a menudo abrumados por el frenesí", dijo a continuación.
En este sentido, el Papa explicó que "el silencio favorece la contemplación del Niño Jesús, nos ayuda a intimar con Dios, con la frágil sencillez de un pequeño recién nacido, con la mansedumbre de su descanso, con el tierno cariño de los pañales que lo envuelven".
"Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, que no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo", añadió.
Asimismo, el Papa explicó que "para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está, hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad atrás, para llegar donde está Él".
"Y la oración -añadió-, es la mejor manera de dar las gracias ante este regalo de amor gratuito, de dar las gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas y en nuestros corazones".
"Sí, Dios nos ama tanto que comparte nuestra humanidad y nuestra vida. Nunca nos deja solos, está a nuestro lado en todas las circunstancias, tanto en la alegría como en el dolor", recordó el Papa a los presentes.
"Incluso en los peores momentos, Él está ahí, porque es el Emmanuel, el Dios con nosotros, la luz que ilumina la oscuridad y la presencia tierna que nos acompaña en nuestro camino", aseguró el Papa.